Si consideramos el balance entre la unidad bio (cuerpo), sico (mente), social (interacción) que todos los humanos representamos, podemos entender que el buen funcionamiento de órganos y hormonas es lo primero que requerimos para sentirnos sexualmente maduros.
Cabe distinguir aquí que la función reproductora es distinta, y además no es anterior, ni requisito para que una persona pueda desarrollar a plenitud su función sexual. Todos tenemos una personalidad sexual única e individual, una forma de sentir, de mirar y comportarnos como seres sexuales. Y esta personalidad que viene señalada desde lo biológico, corresponde a una identificación con uno de los géneros existentes: masculino o femenino.
Por medio de nuestra pertenencia a un grupo social determinado (familia, ciudad, país, continente) recibimos de todos ellos, diferentes y marcadas influencias sobre los patrones de comportamiento que determinan nuestra conducta, actitudes, valores y hasta sentires sobre la sexualidad. De esta manera, la conexión bio-sico-social queda establecida.
Palabras como instinto, atracción, órganos sexuales, deseo, placer, erotismo, caricia, amor, coito, orgasmo, valores, costumbres, creencias, represión, tabúes, prejuicios… empiezan a tejerse alrededor de esta conexión, convirtiéndola en la compleja red que se llama sexualidad adulta.
La madurez sexual no está determinada por la edad, ni por el número de coitos y de hijos acumulados a lo largo de la vida, sino por más o menos los siguientes componentes:
Aceptación de una identidad sexual
>> Sentirse a gusto de ser, comportarse y vivir las características que te hacen hombre o mujer.
>> Tomar conciencia de la integralidad del ser, donde lo sexual, lo genital, lo instintivo, lo biológico, lo mental y lo social son puntos unificados y armónicos al servicio de un todo que le da identidad y coherencia a tu existencia.
>> La identidad sexual es saber y aceptar lo que se ES.
>> Las diferencias están en la esencia, no en su entorno.
>> La mujer es YIN, el hombre YAN. Y sin embargo, ella tiene cosas de fuerza y vigor innegables como parir. Y él tiene cosas suaves, como experimentar temor. La confusión viene al creer que ser mujer se identifica con debilidad y ser hombre con brutalidad. O que ambas esencias son por distintas, irreconciliables.
Capacidad para la respuesta sexual
>> Significa poder experimentar el deseo y responder ante une estímulo adecuado.
>> Cada quien puede tener su propio “menú” sexual en la selección de los estímulos, de los contenidos de los mismos, de las situaciones, de los tiempos y de las personas o cosas que los caracterizan.
>> Cada quien tiene su propio nivel de respuesta y varía según su perfil biológico.
>> Está influido por cosas como el clima, la salud, la tipificación del estímulo, y principalmente, por el tipo de mensajes que recibió al respecto de la sexualidad.
>> La falta de interés por el placer o sensaciones relacionadas, el cansancio o la desmotivación por el tema o la ausencia de disfrute frente al contacto, reflejan un déficit en la respuesta sexual.
>> Responder sexualmente quiere decir sentirse poseedor del deseo que, debidamente estimulado, sabe involucrarse y entrar en interacción con el estímulo elegido.
Capacidad para el orgasmo
>> Ha sido descrito como una momentánea locura que desata la expansión total del yo. “La explosión de un cuerpo celeste en el espacio”
>> Implica entregarse a la más intensa de las sensaciones y permitirse el gozo de la más grande realización del placer.
>> Educados para y por temores y falsas creencias aprendemos a bloquear su presencia evitándonos así mostrar las “debilidades” que los prejuicios pregonan.
>> Puede ser bloqueado por una manera inadecuada de buscarlo, sea en la técnica de la estimulación o por el “deber” de tenerlo para satisfacer la expectativa de su existencia.
>> Siendo el mayor de los placeres, su ausencia significa desconocer una parte esencial del desarrollo sexual.
Capacidad para formar una pareja estable
>> Conocidas y vividas las tres condiciones anteriores han de concretarse en algo que las refleje, contenga y sostenga.
>> La persona sexualmente madura se identifica con la necesidad de permanecer y pertenecer para compartir, aprender, madurar y consolidar sus experiencias. Quedarse significa arriesgar la apuesta de fallar, perder o ganar. Quedarse significa asumir para invertir y quedarse a ver los resultados.
>> Importa mucho la presencia de eso que llaman AMOR, porque este sentimiento supone una fuerza especial para lidiar con las diferencias y saber negociar lo difícil.
>> Ir de relación en relación significa dificultad para saber que hacer después de un acueste y los fenómenos que seguramente lo acompañan.
¿Siente usted poseer estas cuatro capacidades?
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