Lo que la mayoría de la gente no sabe al respecto, es que el mercurio es un metal altamente nocivo para la salud, al punto de que la pequeña cantidad contenida dentro de un termómetro es capaz de contaminar a los peces de un lago de nada menos que ocho hectáreas.
Esto ha llevado que desde el año 2006 se prohibiera en toda Europa y América Latina el uso de instrumentos con mercurio dentro de los hospitales, al mismo tiempo que se está intentando regular cada vez más el uso de este metal para los distintos usos médicos en general.
El mercurio afecta la vista, la sensibilidad y la motricidad, y en el caso de embarazadas puede provocar malformaciones en el feto. Cada año mueren entre 50,000 y 70,000 personas a causa de una contaminación por mercurio.
En caso de que un termómetro de mercurio se rompa, es importante no limpiarlo con escobas o aspiradoras, ya que el mismo podría quedar pegado a estas y expandirse luego por todo el hogar. De la misma forma, es importante usar guantes al limpiarlo y evitar utilizar cualquier reloj u otros objetos metálicos a los que pudiera quedar pegado.
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