"No quiero discutir contigo". "Ahora mismo no quiero hablar de ese tema". "No, no me pasa nada. Todo está bien, cariño". Frases como las que dan comienzo a este artículo indican que existe un problema bastante serio de comunicación en una pareja, porque no existe el deseo de escuchar y de ser escuchado. El diálogo en una pareja es imprescindible para expresar las inquietudes que puedan surgir a lo largo de la relación, para explicar los miedos que se puedan tener sobre el futuro o para hacerle ver a nuestro novio lo que nos gusta o no -de él o de la relación en cuestión-.
La clave está en saber comunicar nuestros sentimientos. Dicen que, en una discusión de pareja, si no se comienza a hablar y a argumentar posturas diferentes desde el respeto y el cariño, nada bueno saldrá de esa batalla verbal. Lo mismo se puede decir sobre la comunicación en pareja: hay que saber hablarle a la persona con quien compartimos nuestra vida.
Entonces, nada de gritos ni de críticas. Si el problema consiste en que tu pareja no se comunica contigo todo lo que te gustaría, ni te cuenta sus sentimientos, habría que analizar cuál es el verdadero problema, porque es muy posible que nuestro comportamiento cuando sí se comunica, no es el óptimo. De esta manera, creerá que es inútil tratar de hacerte ver un punto de vista diferente, porque nunca has reaccionado positivamente, ni has tenido en cuenta lo que te quería decir.
Comunicación buena y mala
En vez de hablar tranquilamente, ¿te pones nerviosa cuando te comenta algo que le gustaría mejorar de la relación? La comunicación debería basarse en la tranquilidad y en el respeto mutuo en vez de aportar acusaciones a la conversación. No utilizaremos frases tales como "eres un celoso" o "no tienes ni un detalle conmigo", sino "no me gustó aquella vez en la que te enfadaste porque salí con mi amigo" o "preferiría que de vez en cuando me llamaras al móvil mientras estás de vacaciones". Hay que decir todo lo que sentimos, escucharnos y tener en cuenta ambas opiniones, porque es lógico que nuestra pareja no coincida con nosotros en muchos puntos de vista: lo que no es lógico es seguir apostando por una relación sin intentar comunicarse bien.
¿Cómo conoceremos a nuestra pareja si no nos cuenta qué piensa de la relación o qué le incomoda de nuestro comportamiento? En un noviazgo compartimos nuestras vidas y por lo tanto nuestros sentimientos, como si fuésemos una sola persona, y es imprescindible tener confianza con la pareja para encontrar la libertad de contarle todo aquello que sintamos, pero para obtener esta confianza es importante que la pareja entienda que puede hablar sobre ciertos temas, y ser escuchado en vez de criticado.
No saques conclusiones ni imaginaciones disparatadas antes de hablarlo con él primero. No pienses que te ha dejado de querer, hasta hablarlo frente a frente. Y en cuanto algún aspecto de la relación no termine de convencerte del todo, o te sientas desilusionada por un comportamiento suyo, dilo. Que no falte la comunicación.
Si le preguntas por qué no quiere acompañarte a una cena con tus amigos y te responde con frases tales como "porque no" o "no insistas, he dicho que no", es imprescindible hacerle entender que una pareja no puede triunfar si las dos personas que la componen no se entienden.
Cuando no se habla, por miedo a la pelea...
Evitar una discusión sólo llevará a la falta de comunicación, y esto es un problema porque una pareja debe trabajar su relación día a día y tener voluntad, por ambas partes, para entenderse el uno al otro. Sentándose a hablar, explicando lo que cada uno desea mejorar, es la única forma de que la relación sea sana.
En una relación siempre existirán problemas, pues no hay nadie compatible de manera absoluta, pero es imprescindible tomar decisiones y comunicar qué queremos hacer y qué no, qué nos gusta y qué nos desagrada. Dar la razón a la pareja como si no existiese ningún problema, sólo llevará a que la relación no avance ni un peldaño, y se quede estancada.
Ya lo decía Paulo Coelho
"Un matrimonio mayor desayunaba el día de sus bodas de oro. La mujer untó mantequilla en la corteza del pan y se la ofreció al marido, quedándose ella con la miga. -Siempre quise comerme la mejor parte -se dijo a sí misma, -pero le quiero, y durante estos cincuenta años procuré controlarme, y le daba siempre la miga. Pero hoy quiero darme este gusto.
Para su sorpresa, en el rostro de su marido se abrió una gran sonrisa:
-Gracias por este regalo. Durante cincuenta años siempre quise comerme la corteza, pero como te gustaba tanto, nunca me atreví a pedirlo, para mantener la armonía de nuestro matrimonio".
El autor nos demuestra la parte positiva de comunicarnos respetuosamente con nuestra pareja. Si ninguno de los dos tiene miedo a expresar sus deseos, los dos ganan y la relación se fortalece.
Piensa en cómo te sientes después de haberle comentado a tu pareja las inseguridades que tienes sobre vuestra relación, los problemas que sabes que estáis afrontando en estos momentos o las posibles consecuencias que pueda tener en la relación vuestra situación actual. Te sientes mejor porque sabes que has acertado al confiar en él para escucharte, y él se lleva la ventaja de estar al lado de alguien que nunca le oculta aquello que siente, por temeroso que sea.
Si tenemos problemas de comunicación con la pareja, es inevitable sentirse solo, sentir que algo falta en la relación, sentir que estamos con alguien que no nos comprende. La comunicación con nuestro novio o novia es uno de los factores fundamentales para lograr el éxito en una relación, y es la razón de por qué muchos noviazgos llegan a su fin. Sólo hablando y entendiéndose, podrá una pareja encontrar la manera de seguir siendo felices juntos.
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