Perdonar puede ser muy difícil y a veces no queremos a hacerlo para no darle esa gratificación a la persona a quien estamos perdonando, por orgullo. Pero es importante comenzar a ver el perdón como algo que en vez de beneficiar a esa persona, a quien beneficiará más es a ti.
Si no perdonamos y continuamente responsabilizamos a esa persona por lo que nos hizo, muy probablemente vamos a estar cargando con ese rencor y dolor siempre. Necesitamos perdonar para que esas cosas malas no arruinen nuestro presente, a pesar de que lo hayan hecho en el pasado.
Pero cuidado… perdonar no significa olvidar lo sucedido. Si lo olvidamos, no podremos evitar que nos vuelva a suceder, o no tendremos presente el aprendizaje que nos dejó esa experiencia dolora. Si nosotros nos damos a la tarea de perdonar, estamos tomando las riendas de nuestra herida, para que ya no nos duela, y de esa manera estamos ocupándonos de nosotros mismos; no podemos esperar que los demás vengan a disculparse, porque en muchos casos no sucederá, es trabajo de nosotros hacerlo para encontrar nuestro bienestar.
Unos pasos para perdonar pueden ser:
• Identifica: qué es lo que te está causando el malestar
• Acepta: aceptar que sucedió y que nada va a cambiar el pasado.
• Repara, si puedes: si has hecho algo de lo que no te sientes orgulloso, a veces puedes repararlo.
• Aprende: aprendiendo de lo negativo puedes evitar que vuelva a suceder, o sentirte con más defensas frente a otras situaciones similares
• Conviértelo en algo positivo: una vez hecho un aprendizaje, eso necesariamente será algo positivo porque te deja experiencia que te sirve a ti y en muchos casos a los demás
Perdona a los demás, y muy importante… ¡perdónate a ti mismo! Si sientes que no puedes solo busca a un profesional. Una psicoterapia te puede ayudar mucho en el camino del perdón.
Lic. Florencia Bevilacqua