La necesidad de pertenencia y aceptación es inherente a la condición humana, y desde que los niños comienzan a desarrollar la capacidad de socialización (cuando va pasando la etapa caracterizada por el egocentrismo), buscan las herramientas o las conductas necesarias para ir formando parte de algún grupo (aunque sea de a dos). Esto es parte natural del proceso, pero cuando el niño ha tenido algún inconveniente en el desarrollo emocional, es normal que aparezcan situaciones de conflicto cuando llegan a esta etapa.
Así es que, una preocupación recurrente entre los padres es las amistades de los hijos; no importando qué edad tenga, podemos ver la influencia de sus compañeros en su conducta, y muchas veces no nos gusta lo que vemos y eso nos incita a intervenir en las relaciones sociales de nuestros hijos.
¿Por qué nuestros hijos siguen a un líder “negativo”?
Baja autoestima
Miedo
Timidez/inseguridad
Identificación con el agresor
Problemas familiares (situación recreadas)
Autoconcepto devaluado
Necesidad compensatoria
Por todo lo anterior es importante hacer algo al respecto, pero la duda de todos los padres es ¿cómo intervenir en las relaciones de mi hijo? Aquí algunas recomendaciones de cómo hacerlo:
Primero es importante tener presente la edad y las capacidades que tenga mi hijo. Si él no tiene la capacidad motriz, intelectual y/o de lenguaje para defenderse, puedo y debo intervenir directamente en la situación, sea hablando con las autoridades de la escuela, la mamá del amiguito, etc. dependiendo de lo que esté sucediendo. Si mi hijo, ya tiene esas capacidades, lo óptimo es que el encuentre la forma de llegar a una resolución.
Otro indicador de intervención es el grado de afectación que está teniendo en mi hijo; si la situación está afectando de manera significativa el área emocional, académica y/o personal, puedo intervenir, ya que podríamos estar hablando de un trastorno.
Trabajar con mi hijo; como no podemos supervisar todo lo que pasa cuando no estamos es importante ayudarlo desde casa, otorgándole un espacio de escucha sin crítica.
Indagar el porqué de la situación y cómo se siente al respecto: ¿Cómo te has sentido con tal niño? ¿Por qué a pesar de eso sigue siendo tu amigo?
Reforzar su valía personal; si él/ella entiende que es alguien importante y querido tal y como es, no se expondrá a situaciones que le causen daño en el afán de ser aceptado.
Expresarle siempre el amor que tienen por él; no importando en qué falle, su amor es y será incondicional.
Algo muy importante también es, saber tomar distancia en el debido momento; en ocasiones nuestra insistencia puede causar mayor resistencia en nuestro hijo; además que, la mejor herramienta que tienen para desarrollar habilidades sociales es el desenvolvimiento independiente en su medio. Finalmente eso, es una de las mejores enseñanzas que podemos dejarle, la autosuficiencia.
Algo que ahorra trabajo en todo esto es que si a nuestro hijo siempre le queda claro lo importante que es para sus padres desde el momento en el que nace, no tendrá la necesidad de exponerse ante personas o situaciones que no lo traten de la misma manera.
Lic. Florencia Bevilacqua