El proceso de evolución del ser humano consiste en ir aumentando progresivamente la frecuencia vibratoria de nuestros campos energéticos.
Cuanto más alta sea nuestra vibración aural, más evolucionados estaremos en todos los aspectos, intelectual, emotivo, espiritual, físico, etc. Además, el hombre está programado genéticamente para progresar, mejorar y evolucionar en todo lo que hace, y esta mejora en cualquier campo es simplemente una cuestión energética, que supone el paso a un nivel superior de vibración.
La sintonización Reiki es un proceso que eleva el nivel vibratorio general de nuestro campo energético, de manera que al recibirse la nueva energía dentro de nuestras células, las partículas elementales que las componen aumentan su frecuencia de vibración, removiendo las toxinas que se encuentran en ellas y deshaciendo los bloqueos energéticos, y esta apertura a la Luz y a la energía más fina, origina una salida de elementos que ya no necesitamos, la cual puede manifestarse de varias formas, tanto en el plano físico como en el espiritual, mental y emocional.
En el plano físico, este proceso depurativo suele durar dos o tres semanas hasta que nuestro cuerpo se adapta al nuevo nivel energético, y de ahí los clásicos 21 días después de la sintonización, durante los cuales se pueden manifestar de diversas formas, como un exceso de mucosidad, similar a un catarro, diarreas, erupciones, llagas, etc.
Durante este periodo podemos ayudar a nuestro cuerpo a limpiarse, para que se adapte antes a la nueva situación, controlando nuestra alimentación, excluyendo las carnes, las grasas, los alimentos muy condimentados, picantes, bebidas excitantes como café y té negro, bebiendo mucha agua, y alimentándonos principalmente de frutas, verduras, legumbres, ensaladas sazonadas con aceite de oliva y soja, pan integral, y excluyendo los azúcares, las harinas refinadas y sus derivados, y, por supuesto, el alcohol y el tabaco; si estos síntomas se hacen molestos, se pueden reducir con una sesión de Reiki.
En el plano mental, emocional y espiritual, ya desde que recibes la primera sintonización notas y sientes que algo ha cambiado; te sientes más ligero y más puro, sabes que algo ha quedado atrás y que has dado un paso más en el camino hacia la Luz, creciendo espiritualmente, y esto se repite en todas las sintonizaciones, ya que con cada una de ellas, elevamos progresivamente la frecuencia vibratoria de nuestro campo energético, y aunque a veces se producen ligeras molestias, como mareos, sensación de flotabilidad o desorientación, se pueden corregir con una toma de fundamento, realizando ejercicios que estimulen la actividad del chakra de la raíz o con una sesión de Reiki, insistiendo en la zona del primer chakra.
A pesar de estas lógicas molestias, nadie se arrepiente después de una sintonización, sino todo lo contrario, ya que es frecuente que muchos practicantes Reiki hayan recibido varias veces las mismas sintonizaciones.
La sintonización aumenta nuestra alegría existencial y nuestra capacidad de transmitir la energía universal curativa del amor divino, produciéndonos una expansión de nuestra conciencia y sintiéndonos realmente más cerca de Dios; asimismo, con cada sintonización nos desbloqueamos más y nos abrimos más al paso de la energía, aumentando esa afinidad de conexión, de forma que sentimos que cada vez nos resulta más fácil, más intensa y más rápida la canalización y la transmisión de la energía universal.
El aumentar nuestra frecuencia vibracional, nos acercamos más a la alta vibración del amor, de manera que al aproximarnos a Él, nos resulta más sencilla la conexión y la transmisión.
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