Autoridad vs. autoritarismo
Los padres son los primeros y principales arquitectos de la personalidad de cada hijo. Y cada vez que ponen límites, están dando forma y sostén a esa nueva e irrepetible persona. Pero, ¿cómo se ejerce la autoridad y cómo evitar caer en el autoritarismo? La autoridad está estrechamente unida a la responsabilidad; mientras que el autoritarismo aparece cuando el bien y el mal se transmite como una exigencia que viene desde afuera. No es lo mismo, por ejemplo, exigir que tu hijo se siente a hacer los deberes de la escuela porque su educación forma parte de tu responsabilidad como mamá (lo que implica asumir su responsabilidad como alumno), que exigir que cumpla con su tarea porque la maestra se enojará y descalificará.
Tus propios límites
Cuando dudes de tu autoridad ante tu hijo, sinceramente pregúntate cuáles es la raíz del problema. La licenciada Abigail Rapaport señala algunas orientaciones útiles: “El adulto necesita saber cuáles son sus propios limites y fijarse cómo los transmite. ¿Con emoción, con coherencia, en forma de reclamo afectivo, como una amenaza de peligro y el niño crece con la idea de que el mundo es peligroso? Si es responsable, el límite se transmite como algo sencillo y claro”. Presta, entonces, más atención a tus actitudes que a tus palabras frente a tu hijo.
Beneficios y peligros
Las conductas y actitudes de los padres son el modelo a través del cual los hijos comprenden qué se espera de ellos. Y lo mejor es que deseen responder a esa expectativa por el amor que les transmitimos y generamos. El beneficio es enorme: podrán construir la base de una buena autoestima y ser creativos, personas autónomas, libres, con normas y reglas incorporadas para poder compartir y convivir en el mundo que les toca vivir. Algunas pautas a la hora de poner límites:
Reconoce cuáles son tus propios límites.
Muéstrate segura pero con afecto, habla y explica según las necesidades.
Mantén la coherencia entre papá y mamá.
No des dobles mensajes.
Respeta el enojo de tu hijo con paciencia.
Sé clara y concreta en tus pedidos.
Sé constante en la puesta de límites.
Presta atención: hiperactividad, déficit de atención en la escuela o la autoagresión, son algunas de las señales de pedido de ayuda en los niños y adolescentes.
http://www.discoverymujer.com/familia/ser-padres/los-peligros-y-beneficios-de-poner-limites-a-tus-hijos/