Por: Dr. Ezequiel López Peralta
Cuando se inicia una relación de pareja, ésta se fundamenta en el amor, la comprensión, la lealtad, en la confianza hacia el otro. Pero, ¿qué pasa cuando un tercero aparece?
La infidelidad es bastante común en nuestra sociedad, es mayormente aceptada si proviene del hombre, mal vista si proviene de la mujer. Lo cierto es que cada vez más he escuchado de parejas que han vivido una situación de este estilo, con dos resultados posibles: la separación o la superación.
Pero, ¿qué origina que sintamos más interés por otra persona que por nuestra pareja? Las causas de la infidelidad son muchas y varían de acuerdo a cada persona: asuntos inconclusos de la pareja, aburrimiento, rutina, sentirse desatendido, esto nos puede llevar a “buscar atención en otra parte”.
Si alguna vez lo has pensado, detente. Serle infiel a alguien es herirlo profundamente, una vez que se deja de ser infiel, se deja de herir, pero el daño ya está hecho, y tardará mucho en sanar, a veces, nunca sana completamente.
A veces podemos sentir que necesitamos que nos consientan, y nuestra pareja no haga caso a nuestras llamadas de atención, puede ser que queramos ser escuchados, puede ser que incluso nos sintamos poco queridos… si esto te sucede, habla con tu pareja sobre el tema, pues en esos momentos cuando “tenemos la guardia baja”, puede llegar otra persona, que con una mínima atención, nos haga “resbalar”.
Separarse o superarlo
Una vez que ya ha ocurrido, la cosa es más complicada y existen solo dos resultados posibles, y ninguno de ellos es fácil.
Lo primero que se quiebra cuando se es infiel es la confianza, que si me preguntan a mí es la base fundamental de toda relación, una pareja donde no haya confianza mutua es como un gran edificio sin cimientos fuertes, se puede venir abajo por cualquier cosa.
Es decisión de la pareja o bien continuar, lo cual va a requerir tiempo, pues es una herida que no sanará de la noche a la mañana, o bien tomar caminos separados.
Decía la Marquesa de Sevigné, escritora francesa “las infidelidades se perdonan, jamás se olvidan”. Siempre valdrá la pena poner primero en la balanza lo más preciado de la pareja, lo que originó la unión, eso por lo que aun late el corazón.
Y recuerda… la comunicación es el oxígeno y la inspiración de cualquier relación, no esperes a que sea demasiado tarde ¡habla con tu pareja!