También conocida como camomila, manzanilla común o romana, se trata de una planta aromática cuyas flores se emplean con fines medicinales.
Es una especie de origen europeo aunque, en la actualidad, existe en prácticamente todo el mundo. Su uso se remonta a la antigüedad, de hecho los egipcios, griegos y romanos la empleaban para tratar afecciones relacionadas con los dolores intestinales.
Su cultivo, tanto con fines aromáticos como medicinales, suele ser espontáneo, ya que esta planta sobrevive en casi cualquier tipo de terreno, desde regiones altas y frescas a zonas soleadas o de clima árido.
Propiedades y beneficios de la manzanilla
El principal uso de la camomila está relacionado con los diferentes trastornos digestivos, debido a que se trata de una planta protectora y reparadora de la membrana gástrica. Por tanto, está recomendada en casos de indigestión, náuseas y vómitos, para los gases intestinales, la enfermedad de Crohn, para el colon irritable o para situaciones de pérdida del apetito.
También resulta eficaz a la hora de tratar problemas relacionados con las mucosas tales como la sinusitis, para dolores de las articulaciones –como el reúma– o para aliviar las menstruaciones dolorosas.
Por su composición, la manzanilla se emplea en caso de enfermedades relacionadas con el hígado y se recomienda ingerirla como protector de este órgano, ya que ayuda a prevenir las posibles enfermedades asociadas a él.
Es un diurético suave, ayuda a prevenir el colesterol y la arterioesclerosis. También está recomendada en casos de insomnio, ansiedad o depresión.
Otro uso menos conocido de la manzanilla es el relacionado con la inflamación de las encías, la gingivitis y la enfermedad periodontal. En todos ellos, la ingesta de manzanilla alivia los síntomas de dichas patologías.
Otras aplicaciones de la manzanilla
Debido a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias, la manzanilla también puede aplicarse sobre la piel para tratar, entre otros:
Eczemas.
Dermatitis del pañal.
Hemorroides.
Escaras.
Dolor de encías.
Quemaduras.
Estas propiedades beneficiosas se obtienen cuando se aplica a través de geles y ungüentos compuestos a base de camomila.
De igual forma, los baños de vapor o las inhalaciones son de gran ayuda para aliviar la inflamación de los senos nasales.
En los casos de reúma y artrosis también pueden realizarse masajes en la zona afectada con un preparado casero realizado a base de plantas de manzanilla romana y de aceite de oliva.
Al ser una planta rica en mucílagos –fibras solubles–, se utiliza en la preparación de productos destinados a curar cortes, heridas, granos de acné, orzuelos o la dermatitis. También puede aplicarse humedeciendo compresas o gasas en una infusión de manzanilla y dejando sobre la zona afectada durante unos 15 minutos.
Otro uso muy extendido es en la elaboración de champús, tanto para aliviar picores y la descamación como en los tintes, ya que tradicionalmente se ha empleado para conseguir colores dorados en el pelo rubio o para aportarle más brillo.
Su aceite esencial está presente en aromatizantes y potenciadores del sabor. De igual forma, se emplea en la elaboración de cosméticos, perfumes, jabones o, incluso, en los cigarrillos.
¿Cómo tomar la manzanilla?
Por lo general, la manzanilla para uso interno se presenta en forma de infusión y lo habitual es tomar una media de dos o tres tazas al día. En la actualidad, también se presenta en formato de cápsulas y pueden tomarse una o dos pastillas hasta un máximo de tres veces al día.
En el caso de la camomila para uso tópico, su presentación puede ser en forma de ungüentos, jabones, champús, cremas y geles.
En cualquier caso, si lo que se quiere es tomar la manzanilla de forma muy habitual, lo más recomendable es seguir las indicaciones facilitadas en el prospecto y, en caso de duda, consultar siempre a un médico o especialista sobre los beneficios o perjuicios que puede tener su ingesta en nuestro estado de salud. La cantidad de manzanilla que debe ingerirse depende de una serie de factores. Entre otros, es importante tener en cuenta:
La edad de la persona.
Su estado general de salud.
Las posibles contraindicaciones.
Contraindicaciones de la manzanilla
El uso de la manzanilla está muy extendido y aún no se conocen contraindicaciones o interacciones de esta planta con otras plantas o con medicamentos. Lo que sí se ha demostrado es que ingerida por vía oral en grandes cantidades puede provocar vómitos.
También puede causar dermatitis de contacto (originadas por sustancias que al contacto con la piel provocan reacciones alérgicas) en aquellas personas sensibles a las margaritas, caléndulas, crisantemos y otras plantas de esta familia. Asimismo, ya se han informado de casos de anafilaxis –reacción inmunitaria generalizada del organismo– entre personas alérgicas.
Hasta la fecha no se conoce si tiene efectos adversos durante el embarazo y la lactancia por lo que se recomienda no abusar de ella durante este período para evitar abortos o posibles efectos nocivos sobre el bebé.
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