En el maravilloso mundo de nuestras metas, nos encontramos con tipos diferentes de ellas. Por un lado contamos con las metas por acercamiento, esas cuyos resultados son positivos para nosotros y activamente nos acercamos a ellas. Ejemplos de metas como éstas serían el ser más eficiente, más sociable, ampliar la capacidad de liderazgo. Estas son beneficiosas para nuestro bienestar.
Las metas por evitación son aquellas con resultados negativos que intentamos evitar, por ejemplo, cuando nos decimos que ya no vamos a postergar más las cosas, que no vamos a ser tímidos, que no vamos a pasar desapercibidos en nuestro empleo. Estas metas terminan siendo perjudiciales para nuestro bienestar. Las razones para esto es que al estar constantemente alertas y en búsqueda de posibilidades negativas, nuestra energía psíquica se desgasta. Quienes son más propensos a escoger este tipo de metas son aquellos cuyo temor al fracaso es muy grande. En terapia se intenta pensar por qué se han escogido este tipo de metas y esa información es útil luego para decidir qué camino tomar en el trabajo terapéutico. Cuando queremos evitar algo o terminamos haciendo algo nocivo para nosotros, es porque inconcientemente nuestra mente quiere protegernos.
Las metas también pueden ser dividas en intrínsecas e extrínsecas. Dentro de las intrínsecas encontramos el desarrollo personal, el altruismo, el buen estado físico, son las que contribuyen a nuestro bienestar. Las metas extrínsecas como obtener fama, mucho dinero, status, ser atractivos para los demás, a la larga no terminan siendo tan satisfactorias a nivel personal.
Y si hablamos de objetivos que alcanzar, no podemos olvidarnos del importantísimo rol de la motivación. Hay que distinguir si lo que queremos alcanzar está siendo manipulado por motivaciones intrínsecas o extrínsecas, lo que quieres lograr, ¿es realmente lo que quieres o lo que sientes que tienes que hacer?
Cuando estamos motivados por algo más interno, cuando hacemos algo que realmente deseamos nosotros, obviamente tendrá un mejor efecto en tu vida en general, tendrás un compromiso más intenso con la actividad que estás realizando e indudablemente tendrás más chances de ser exitoso en alcanzar lo que quieres. Para aumentar esta sensación intrínseca debes perseguir autonomía (esa sensación de estar en control), el sentirte conectado con otros y debes sentirte competente.
También podemos estar intrínsecamente motivados para llevar a cabo nuestras metas con un corte más extrínseco. Lo cual quiere decir, que por más que poseas ambiciones más terrenales no necesariamente afectarán tu bienestar si las conectas con tu lado más espiritual o emocional.
Aquellas metas que nos inspiran más y nos acercan a la concreción de las mismas tienden a ser más cercanas en el tiempo (por eso es interesante que algo a muy largo plazo lo vayamos cortando en pequeñas mini metas para ir viendo y el progreso y evitar aburrirnos en el proceso). Son las que nos enfocan en aprender y obtener habilidades, las que nos permiten crear o cambiar algo en vez de prevenir (meta por evitación).
Para mejorar tu compromiso con tus objetivos puedes embarcarte en dos puntos de vista diferentes, uno es concentrándote en todo lo que ya has logrado y otro es ver lo que te falta y cómo alcanzarlo. No interesa cuál sea tu favorito, pero debes mantener ese compromiso vivo para que realmente puedas lograr lo que deseas.
El auto control es importante también para lograr lo que queremos, una habilidad que parece ir creciendo con el paso del tiempo, es como si fuera un músculo que con paciencia debemos entrenar todos los días. Si eres disciplinado para un área de tu vida, puedes intentar “contagiar” positivamente en resto de las áreas.
Así que manos a la obra, acércate a lo que quieres, escoge cuidadosamente tu enfoque y abraza el éxito que has estado esperando.
http://psicologiapositivauruguay.com/page/12/