Podemos lograr nuestros objetivos si cambiamos la manera en que pensamos y actuamos, aquí voy a compartir con ustedes algunos de los consejos brindados por expertos.
Pensar en lo grande, pero también en lo pequeño. El gran éxito en cualquier ámbito de la vida aparece luego de concretar una serie de mini pasos. Tenemos que prestar atención a nuestros pequeños progresos, debemos intentar disfrutar el camino, el proceso más que la meta en sí misma. En quiénes nos convertimos luego del esfuerzo que debemos hacer para llegar a donde queremos, es a veces más importante que la meta que alcanzamos.
Haz lo que puedas hacer. Ten en consideración que los pequeños pasos de hormiga son los que cuentan. Para poder tener en claro hacia dónde vamos y el tiempo necesario para lograr lo que anhelamos, es recomendable que seamos prolijos, anotemos nuestras metas, pensemos en las técnicas y recursos que pueden ayudarnos y leamos estas anotaciones tan a menudo como podamos.
Dedica tiempo. Todas las cosas importantes de nuestra vida requieren de atención, tiempo, paciencia y sobre todo perseverancia para poder obtenerlas. Lo que realmente vale la pena requiere de continuo cuidado, ya sea una relación amorosa, la felicidad que tenemos en nuestra vida, o el emprendimiento de nuestros sueños. Poner esfuerzo y dedicarle tiempo de verdad es lo que hace la diferencia entre el simplemente desear algo y obtener algo. Siempre tendremos que hacer cosas que no querramos demasiado, las cosas más pesadas de cualquier tarea, sin embargo, en lugar de pensar en lo que puede costarnos mucho trabajo, pensemos en lo que vamos a obtener si hacemos lo suficiente. Recuerda, ten determinación.
Aprendamos de los fracasos. Los fracasos se convierten en oportunidades de aprendizaje , así que no les temamos. Cada éxito logrado se ha enfrentado a muchas desilusiones previas. Hay que perderle el miedo al no, nada malo sucede si alguien nos dice que no. Por cada puerta que se cierra, siempre hay otra oportunidad. Las ideas hay que transformarlas.
Aprendamos a manejar nuestras emociones. Pensemos antes de hablar, no nos movamos por puro impulso o por enojo, siempre nos va a traer problemas después.
Seamos encantadores. Muestra tu simpatía, sonríe, sé animado al hablar, di el nombre de tu interlocutor, presta más atención a lo que te dice que en pensar qué es exactamente lo que vas a responder.
Pon en práctica hoy mismo estos consejos y comienza a acercarte a las temas que más amas.
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