Estilo de apego y relaciones románticas

Qué consecuencias tiene el estilo de apego en las relaciones románticas? ¿Qué estilo de apego nos gustaría que tuviera nuestra pareja? ¿Cómo es probable que evolucione nuestra relación? ¿Cómo reaccionaremos cuando surja alguna crisis? En las últimas décadas se ha desarrollado una línea de investigación para dar respuesta a estas y a otras cuestiones que relacionan el estilo de apego y el comportamiento en las relaciones interpersonales y, también, específicamente, en las relaciones románticas.

¿Qué es el estilo de apego?

El estilo de apego es el grado de seguridad que tenemos en las relaciones interpersonales. Esa seguridad surge de las creencias, suposiciones, interpretaciones, pensamientos y sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos y sobre los demás.

El estilo de apego es algo que empieza a fraguarse desde las primeras etapas de la infancia, y parece ser que tiene consecuencias importantes en la conducta interpersonal a lo largo de toda la vida.

Se configura como un estilo porque tenemos la tendencia a interpretar la realidad y a comportarnos de forma relativamente estable. Por ejemplo, una persona puede ser desconfiada y así tenderá a interpretar intenciones ocultas en el comportamiento de los demás.

Eso no significa que no pueda hacer excepciones con algunas personas o en algunas situaciones pero, en general, probablemente desconfiará de los demás.

Tampoco significa que una persona no pueda cambiar, de hecho puede cambiar su estilo con el paso del tiempo, ya que tenemos la capacidad de aprender (cosas buenas y malas) a partir de nuestra experiencia.

El estilo de apego se forma a partir de la combinación de dos elementos, que son la actitud hacia uno mismo (o autoestima, que puede ser positiva o negativa) y la actitud hacia los demás (o confianza interpersonal, que también puede ser positiva o negativa).

Una persona con alta autoestima cree que caerá bien a otras personas y será aceptada por otros, lo que hace que le resulte fácil iniciar y mantener relaciones. Por su parte, una imagen negativa de uno mismo llevará a que la persona anticipe que los demás reaccionarán de forma negativa hacia ella y, por tanto, temerá implicarse en relaciones nuevas, tendrá más dificultad para hacer amigos y establecerá nuevas relaciones (con vecinos, compañeros de estudios o de trabajo, pareja, etc.) más superficiales.

El otro elemento es la confianza interpersonal. Cuando es positiva, la persona tiene una imagen favorable de los demás, tiene expectativas positivas sobre las intenciones y los motivos de otras personas, ya sean conocidas o extrañas. Cuando es negativa, la persona tiene una imagen desfavorable, espera cosas malas sobre lo que los demás pretenden y desean.

El estilo de apego se forma, como ya dijimos, por la combinación conjunta de estos dos elementos. La combinación simultánea de actitudes positivas o negativas hacia sí mismo y hacia los demás produce cuatro estilos de apego.

¿Cuál es nuestro estilo de apego?

1. Estilo de apego seguro El estilo de apego seguro es aquél que tiene una persona con autoestima alta y expectativas positivas sobre los demás. Esa forma de entender las relaciones interpersonales lleva a la persona a buscar cercanía e intimidad con los demás y se siente cómodo en ellas.

2. Estilo de apego inseguro. Existen tres estilos inseguros de apego, que se corresponden con las otras tres posibilidades. Veamos cada uno de ellos.

- El estilo rechazador se caracteriza por tener alta autoestima y baja confianza interpersonal. Eso les lleva a no alcanzar una cercanía emocional verdadera.

- El estilo preocupado es el que muestra una persona con valoración negativa de sí mismo y la expectativa de que los demás los aceptarán y serán amables con ellos. Las personas con este estilo buscan la proximidad con los demás (a veces excesiva), a la vez que experimentan ansiedad e incomodidad por sentir que no son "dignos" del amor de esa persona.

- Por último, el estilo temeroso evitador es el que manifiesta una persona con baja autoestima y expectativas negativas sobre los demás. De este modo, evita los contactos en los que puede darse cercanía emocional, para protegerse del dolor que experimentarían por el rechazo. Son personas con tendencia a enfadarse y muestran más conductas hostiles

¿Qué podemos esperar de los distintos estilos?

Las personas con estilo de apego seguro suelen expresar confianza en sus parejas, son capaces de trabajar juntos para resolver problemas (ya sea de trabajo, en relación con los hijos,... y también en los conflictos en la pareja). Suelen mostrar confianza en que los conflictos se resolverán. Son las que muestran más satisfacción con la relación. Son personas con menor tendencia a enfadarse, y probablemente sea así porque son capaces de percibir las relaciones tanto desde su perspectiva como desde el punto de vista del otro.

No nos debe extrañar que, en general, todas las personas (en los cuatro estilos de apego) desearían que su pareja tuviera un estilo de apego seguro.

Las personas que tienen un estilo rechazador se consideran valiosas (a veces la imagen positiva de sí mismos no coincide con la que otras personas tienen de ellos), independientes, suelen ser poco amistosos y limitados socialmente. Suelen esperar que antes o después los demás (familiares, vecinos, amigos, compañeros y también la propia pareja) les fallarán, no estarán a la altura de lo que ellos creen merecer.

Las personas con estilo preocupado sufren mucho ante la posibilidad de ser rechazados, de que la relación se rompa. Pueden caer en los celos por el temor a que el otro miembro de la pareja encuentre a otra persona que se merezca más su amor. Experimentan altos niveles de angustia debido a su gran necesidad de amor y aprobación y a que se sienten responsables de las crisis y del fracaso en las relaciones, y tardan más que los demás en recuperarse de una ruptura sentimental o matrimonial.

Los hombres y las mujeres con un estilo temeroso evitador tienen más dificultades para establecer relaciones románticas, ya que no se sienten merecedores del afecto de otra persona a la vez que no creen que nadie pueda atenderlos en sus necesidades emocionales. Pero cuando se encuentran en una relación de pareja real o potencial, experimentan menos intimidad y satisfacción en estas relaciones románticas. No sólo esto, sino que tampoco son capaces de atender las necesidades emocionales del otro miembro de la pareja.

En conclusión

Los estilos de apego son relativamente estables aunque pueden variar si la persona cambia su forma de pensar y actuar respecto a las relaciones interpersonales.

El estilo que vive las relaciones de pareja y las relaciones interpersonales en general- de forma más positiva es el estilo de apego seguro, y es también el que puede proporcionar más seguridad, apoyo, intimidad y satisfacción al otro miembro de la pareja.

Los estilos de apego inseguros tienen más dificultades para desenvolverse en las relaciones románticas pero, con el apoyo adecuado, pueden ir ganando en autoestima y en confianza interpersonal para ganar seguridad en la relación de pareja


Dr. D. Emilio Sánchez Santa-Bárbara
Facultad de psicología