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| Personas que creen tener siempre la razón | |
| | Autor | Mensaje |
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Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: Personas que creen tener siempre la razón Mar Mayo 21 2013, 04:05 | |
| Todos conocemos a alguna persona que siempre pretende llevar la razón y que no acepta otro punto de vista sobre cualquier cuestión que no sea el suyo propio. Esta característica de su personalidad hace que la convivencia y la relación con estas personas sean muy complicadas.
Características de estas personas
Este defecto no se presenta por regla general como una característica aislada en el sujeto, sino que es una manifestación de un tipo de personalidad determinada. El hecho de no aceptar otro punto de vista nos está reflejando la poca confianza que estas personas tienen en los demás. No escuchan las opiniones y argumentos de los otros porque no valoran lo que éstos puedan decir, lo que les hace tener poca empatía con otras personas.
Estas personas están obsesionadas con tener el control de las situaciones. Todo lo que sea salirse de sus normas y su rutina les incomoda, por lo tanto no están a gusto con las situaciones novedosas y con los cambios. Esto les convierte en personas poco flexibles y, en muchas ocasiones, realmente maniáticas, ya que desarrollan una serie de rutinas en su vida que acaban convirtiéndose en imprescindibles. Esta actitud soberbia enmascara muchas veces una personalidad insegura, que necesita constantemente el reconocimiento de los demás, y creen que imponiendo sus opiniones pueden conseguir ese prestigio y reconocimiento que tanto anhelan.
El ejemplo más característico de este tipo de personalidad llevada al límite, serían los dictadores, personas que creen estar en posesión de la verdad absoluta y no respetan ninguna idea ni opinión que difiera de las suyas. Esta clase de personalidad se puede producir en cualquier nivel social o profesional.
Causas de este comportamiento Desde que somos pequeños recibimos una serie de enseñanzas e informaciones de diferentes ámbitos que van configurando nuestra manera de pensar. Las opiniones de nuestros círculos más cercanos; la familia y los amigos son las que más nos marcan y más influyen en nosotros.
Cuando siempre recibimos opiniones e información en el mismo sentido, nuestras posturas se van haciendo más inflexibles y nos volvemos radicales defendiendo estas posturas y no admitimos otros puntos de vista distintos del nuestro. Este sería el origen del fanatismo político o del integrismo religioso.
La educación suele ser la clave de estos comportamientos, aquellos niños consentidos a los que no se les ha puesto límites y que siempre han conseguido lo que han querido acaban convirtiéndose en personas caprichosas y despóticas que no admiten que les contradigan y que siempre quieren tener la última palabra.
El extremo contrario también puede generar personas de estas características, cuando se recibe una educación demasiado rígida e inflexible, la persona también tenderá a actuar de esta manera ante los demás. Además de estos condicionamientos que podríamos llamar externos, hay también un condicionante interno que es el propio carácter de la persona, hay personas que viviendo en ambientes propicios a desarrollar posturas inflexibles, no lo hacen y por otro lado hay personas que son intolerantes aunque hayan recibido una educación adecuada.
Convivir con estas personas La convivencia con este tipo de personas no es fácil, ya que no aceptan que se les lleve la contraria y cuando esto sucede intentarán por todos los medios imponer su opinión, si no lo consiguen se encolerizarán y si lo logran, intentarán humillar y restregar su triunfo a su interlocutor.
La complejidad de estas relaciones se refleja en muchos matrimonios. Cuando uno de los cónyuges intenta imponer siempre su manera de ver las cosas puede producir dos reacciones en su pareja; o bien esta acepta la imposición, en cuyo caso vivirá en cierto modo sojuzgada por su pareja o se revelará contra esas imposiciones, lo que provocará reacciones airadas de su pareja y se establecerá un clima de tensión y de constantes discusiones que pueden provocar una ruptura.
En el ámbito laboral también se hace muy difícil esa relación, especialmente cuando es el jefe quien cree tener siempre la razón, lo que puede llevarle a imponer a sus empleados decisiones absurdas y caprichosas y lograr que estos estén a disgusto y que no se consiga un buen ambiente de trabajo, que es imprescindible en toda organización empresarial.
Convivir con estas personas La convivencia con este tipo de personas no es fácil, ya que no aceptan que se les lleve la contraria y cuando esto sucede intentarán por todos los medios imponer su opinión, si no lo consiguen se encolerizarán y si lo logran, intentarán humillar y restregar su triunfo a su interlocutor.
La complejidad de estas relaciones se refleja en muchos matrimonios. Cuando uno de los cónyuges intenta imponer siempre su manera de ver las cosas puede producir dos reacciones en su pareja; o bien esta acepta la imposición, en cuyo caso vivirá en cierto modo sojuzgada por su pareja o se revelará contra esas imposiciones, lo que provocará reacciones airadas de su pareja y se establecerá un clima de tensión y de constantes discusiones que pueden provocar una ruptura.
En el ámbito laboral también se hace muy difícil esa relación, especialmente cuando es el jefe quien cree tener siempre la razón, lo que puede llevarle a imponer a sus empleados decisiones absurdas y caprichosas y lograr que estos estén a disgusto y que no se consiga un buen ambiente de trabajo, que es imprescindible en toda organización empresarial.
Dª. Trinidad Aparicio Pérez Psicóloga. Especialista en infancia y adolescencia
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