Sabes que se aproxima un encuentro sexual y tu mente empieza a trabajar horas – o incluso días – antes de que este ocurra…
No estás seguro si tu cuerpo va a funcionar como es debido…
Temes que si fracasas, tu pareja te rechazará, se burlará de tí y/o le contará a sus amistades…
Tratas de anticipar la situación y de pensar positivamente pero lo único que consigues es estar cada vez más nervioso…
Cuando llega la hora del encuentro, te esfuerzas por conseguir y mantener la erección, por estar relajado, por no eyacular demasiado pronto, etc, pero parece que tu cuerpo se ha empeñado en llevarte la contraria:
Sientes una tensión incontrolable, debilidad en las piernas, sudor en las manos y por supuesto, el pene no está lo suficientemente erecto para la penetración, o en caso de que logres la erección esta tiende a desvanecerse rápidamente.
Al final te sientes frustrado, avergonzado, triste y furioso contigo mismo.
Si te identificas total o parcialmente con la anterior historia, tengo una buena noticia para tí…
La disfunción eréctil o impotencia sexual tiene una solución más simple de lo que imaginas. Sólo es cuestión de entender sus causas y aplicar el método correcto para eliminarlas.
Qué es lo que ocurre para que se produzca la Disfunción Eréctil?
Qué es lo que hace que en determinadas circunstancias no podamos lograr o mantener la erección?
Lo que sucede físicamente es que debido a las malas experiencias pasadas, el sistema límbico de tu cerebro – es decir, la parte que controla nuestros instintos primitivos – está interpretando las situaciones sexuales como si fueran situaciones de “vida o muerte”.
Cuando se halla en este estado, el cerebro da la orden de producir una descarga de adrenalina y de enviar la mayor cantidad de sangre posible hacia los brazos y piernas con el fin de preparar el cuerpo para luchar o huir, privando al pene del flujo de sangre necesario para lograr y/o mantener una erección firme y duradera.
Cómo solucionar este problema?
Sencillamente re-educando nuestro cerebro y nuestro cuerpo en general para que aprenda de nuevo a asociar el sexo con la relajación y el placer en lugar de la supervivencia.
Por otra parte existe una serie de actitudes en las que puedes estar incurriendo que hacen que el problema persista en el tiempo. Entre ellas tenemos:
Experimentas el sexo más con la cabeza que con el cuerpo: Probablemente estés un poco obsesionado con la idea del sexo, o la falta del mismo. Es posible que pases mucho tiempo enfocado en tus problemas de erección, tratando buscar soluciones, recordando experiencias pasadas o anticipándote a tu próximo encuentro sexual, lo que hace que el problema persista en tu mente.
Si te detienes a pensar un poco, el 99% del tiempo no tienes problemas de erección:
Cuando estás en el trabajo o la universidad, cuando estás tomando el almuerzo, cuando vas en el auto, no tienes problemas de erección, sencillamente porque en esos momentos no estás involucrado en ninguna situación sexual y no es necesario que el pene se encuentre erecto. Entonces para qué cargar con el problema llevándolo todo el tiempo en el pensamiento?
Malos Hábitos Masturbatorios: La mayoría de los hombres aprenden a masturbarse en la adolescencia, casi siempre de forma furtiva, con temor de ser sorprendidos haciendo algo malo. En algunos casos esto puede llevar a sentimientos de culpa y ansiedad que al ser llevados a las relaciones de pareja desencadenan problemas domo la impotencia y eyaculación precoz.
Sin embargo, aunque parezca extraño, unos buenos hábitos masturbatorios son una clave importante para superar las disfunciones y el fortalecimiento de nuestra autoimagen y la confianza en nuestra propia respuesta sexual.
http://autoayudasexual.com/como-superar-los-problemas-de-ereccion/