Más que nunca, es importante saber adaptarnos y disponer de herramientas y habilidades que nos permitan vivir mejor y expandir nuestras posibilidades.
Vivimos un tiempo de intensos cambios. Muchos seres humanos estamos experimentando una enorme transformación interna y externa. Vemos cómo aquellas circunstancias que creíamos seguras desaparecen de nuestras vidas o se modifican de distintas maneras. A veces, esto se refleja en el aspecto laboral y económico; en otras ocasiones es la salud la afectada; también estamos experimentando cambios en nuestras relaciones personales y, con frecuencia, sentimos estados mentales-emocionales que no sabemos cómo abordar.
Necesitamos darnos cuenta de que, lo que verdaderamente marca la diferencia, es cómo elegimos relacionarnos con nuestras circunstancias y qué respuesta damos a lo que la vida nos trae.
Muchas personas quieren realizar cambios en su vida y quieren que estos cambios ocurran, incluso sin su intervención. Que ocurran por arte de magia o por la intervención milagrosa de un tercero, pero que sucedan cuanto antes. Si es posible para antes de ayer.
Sin embargo, esto no funciona así. Es imprescindible tomar la responsabilidad de nuestra vida y hacernos cargo de nosotros mismos. Dejar de culpar a las circunstancias externas y comenzar a ocuparnos de gobernar nuestro reino.
Es el momento de abandonar la lucha y dejar de resistirnos. Necesitamos dejar de poner etiquetas a lo que pasa por nuestra mente y de pelearnos con lo que aparezca. Esto sólo le da más poder. Recordemos que aquello a lo que nos resistimos, persiste.
Podemos acabar la pelea que tenemos con la vida. Lo que experimentamos es el resultado de lo que fuimos hasta aquí. Si la realidad no nos satisface, en lugar de luchar contra ella, reconozcamos que es el fruto de nuestra creación. Entonces, podemos tomar el 100% de responsabilidad, sin sentirnos culpables por lo que hicimos o por cómo lo hicimos. Si nos equivocamos o creemos que somos capaces de hacerlo mejor, hagamos algo diferente.
Asumir el 100% de la responsabilidad por nuestra experiencia vital, requiere comprometernos con nosotros mismos. Para que esto se convierta en nuestra nueva manera de vivir, es necesario que elijamos la opción de ponernos de nuestra parte, aceptando quienes somos en este momento y prometiéndonos a nosotros mismos que vamos a estar ahí, sean cómo sean las circunstancias, ocupándonos cada día de cultivar un nuevo estado de ser.
Este nuevo estado de ser empieza cuando comenzamos a entrenarnos para estar presentes y conscientes. La mayor parte de los humanos, hemos empleado nuestro tiempo de vida en dejar a la mente vagando en todas direcciones y huyendo de los estados emocionales y de los sentimientos que llevamos puestos.
Hemos aprendido a desconectarnos de nosotros mismos. “Vivo sin vivir en mí”, que decía Santa Teresa. Y ahora, necesitamos ir de regreso a nosotros y cultivar un estado de atención consciente, que nos permita estar presentes, aquí y ahora, para poder vivir en nosotros mismos. Estar presentes en nuestra propia vida, en lugar de estar “de cuerpo presente” y cabeza en cualquier asunto del pasado o del futuro.
Concentrémonos en la respiración. Aceptémosla tal y como es y permanezcamos con la conciencia ahí. Dejemos que los pensamientos que nos perturban pasen, pero sin empujarlos. Quitemos las etiquetas positivo/negativo. Atrevámonos a experimentar lo que estamos sintiendo sin juicios. Esa es la realidad en el momento presente. Estamos aquí para evolucionar. No tenemos que ser perfect@s. Simplemente somos. Lo único que de verdad importa es SER.
Empezar a ser, en lugar de estar ocupados en hacer cosas todo el rato. Ser y sentir en un estado de presencia. Permanecer en contacto íntimo con nosotros mismos y explorar el territorio interno. Darnos cuenta de qué estamos sintiendo a cada momento y de cómo estamos reaccionando como lo hicimos tantas veces en el pasado y elegir si ahora queremos hacer lo mismo o queremos crear una respuesta nueva.
Al elegir respuestas nuevas en un estado de presencia consciente, vamos desactivando las antiguas memorias que nos mantenían ligados a las experiencias de miedo y sufrimiento. Cada instante que estamos conscientes de nuestras reacciones, nos desconectamos de ellas. Así comenzamos a borrar las viejas memorias de quienes fuimos y comenzamos a ser creadores conscientes de nuestro nuevo ser.
http://www.revistasoymujer.eu/w/index.php/articulos/salud-emocional/1502-viviendo-los-cambios-con-serenidad.html