Hacer dieta suele ser un propósito frágil, sabemos que más allá de lo estético, una alimentación balanceada es importante para mejorar nuestra calidad de vida y alargar las expectativas, pero nos dejamos envolver por los paradigmas que giran en torno a la palabra dieta y perdemos el impulso incluso antes de arrancar.
El significado concreto de dieta proviene del griego dayta: régimen de vida, adaptado a régimen alimenticio. Restringir la ingesta de comida para obtener sólo los nutrientes y la energía necesarios consiguiendo mantener cierto peso corporal.
Nuestro cerebro suele rechazar la palabra régimen. Todo sinónimo de obligación, restricción o privación, y en este caso de cosas ricas, hace que se nos haga más cuesta arriba disfrutar de los alimentos saludables que proporcionamos a nuestro cuerpo, dificultando el propósito saludable.
Propongo decirle adiós a la palabra dieta, bórrala de tu vocabulario y disponte a descubrir los maravillosos placeres y sabores que hay detrás de una deliciosa ensalada o un poderoso y energizante combinado de frutas. La fuerza de voluntad llegará más rápido y es posible que hasta se haga permanente si solo decides comer sano y disfrutarlo, hacerlo divertido, colorido, sabroso y variado; ayúdate también manteniendo tu cuerpo en movimiento y en contacto con el medio ambiente, depura el organismo con la meta de una vida más sana.
Un día a la vez.
Los cambios drásticos en la alimentación y regímenes estrictos suelen afectar el sueño y el humor, generan ansiedad y decaimiento, esto dificulta llevar a cabo tu nuevo propósito de año nuevo, da un vuelco menos radical y genera los cambios de acuerdo a la tolerancia de tu organismo.
Piensa en los alimentos saludables que más te gustan y plantéate un menú acorde a tu paladar, sin obligarte a comer algo que te resulte desagradable y pensando siempre en disfrutar cada bocado.
Ten presente que no todo lo rico engorda ni todo lo sano es insípido o desagradable, rompe con los paradigmas y date la bienvenida a una vida equilibrada de afuera hacia adentro para luego reflejarlo de adentro hacia fuera.
Preocuparte por tu alimentación es una forma de consentirte, con el ajetreado ritmo de vida que llevamos actualmente a veces se torna complicado poder prepararte una rica y sana comida, pero encontrar el tiempo para hacerlo o buscar los lugares indicados para tener un almuerzo saludable, son una demostración de lo importante que eres para ti y la prioridad que ocupas en tu agenda.
Un plato lleno de colores y texturas refleja la combinación de alimentos bien seleccionados, además, la comida entra por los ojos, la presentación es importante, ponle corazón a lo que preparas para ti.
Atrévete a cambiar: gaseosas y bebidas artificiales por agua y/o jugos naturales; la cafeína que afecta tu sistema nervioso ¿qué te parece consumir té?; las porciones de azúcar refinada pueden ser sustituidas por frutas, también proporcionan energía y calman la ansiedad.
La ansiedad no es buen acompañante en el camino saludable, evítala creando hábitos que activen tu metabolismo, ejercitarte activa la producción de endorfinas ayudando a inhibir la ansiedad y proporcionando sensación de bienestar. Sustituye las escaleras mecánicas y los ascensores en la medida de lo posible, en distancias cortas trata de movilizarte a pie, baila cada vez que puedas, practica algún deporte que te guste y dedica tiempo a disfrutar tu vida sexual.
Recuerda respirar conscientemente, tomar suficiente agua y no llevar los problemas a la cama ni a la mesa.
http://www.inspirulina.com/adios-a-la-palabra-dieta.html