El Corán está dividido en 114 capítulos (suras), cada uno con un título diferente, dividido a su vez en versículos (ayat), aunque su extensión depende de las diferentes ediciones del texto. Este libro sagrado no está ordenado en forma cronológica, tal y como lo está la Biblia, pues se cree que, tras la muerte de Mahoma en el año 632 d. C., sus seguidores comenzaron a recoger estas revelaciones para recopilarlas en el libro tal y como hoy lo conocemos.
Aunque sin llegar a las abrumadoras referencias del Antiguo Testamento, el Corán también reconoce a los ángeles como el ejército de Dios. Las revelaciones de su doctrina se hicieron en árabe y, según las más ancestrales creencias musulmanas, a través del arcángel Gabriel (Jibrail). La tradición relata que cuando Mahoma proclamó las revelaciones a sus seguidores, éstas eran memorizadas o a veces se servían de hojas de palma, fragmentos de hueso, pieles de animales o utensilios similares para escribirlas.
Hemos encontrado 78 versos en los cuales se mencionan a los ángeles, de los cuales se han seleccionado los siguientes:
-Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: «Voy a poner un sucesor en la tierra». Dijeron: «¿Vas a poner en ella a quien se corrompa y derrame sangre, siendo así que nosotros celebramos Tu alabanza y proclamamos Tu santidad?». Dijo: «Yo sé lo que vosotros no sabéis».
- Enseñó a Adán los nombres de todos los seres y presentó éstos a los ángeles diciendo: «Informadme de los nombres de éstos, si es verdad lo que decís».
-Y cuando dijimos a los ángeles: «¡Postraros ante Adán!», se postraron, excepto Iblis. Se negó y fue altivo: era de los infieles.
- Si hay alguien enemigo de Alá, de Sus ángeles, de Sus enviados, de Gabriel y de Miguel, Alá, a Su vez, es enemigo de los infieles.
- Salomón no dejó de creer, pero los demonios sí, enseñando a los hombres la magia y lo que se había revelado a los ángeles, Harut y Marut, en Babel. Y éstos no enseñaban a nadie, para que no dijeran que sólo eran una tentación y que, por tanto, no debían dejar de creer. Aprendieron de ellos cómo dividir a un hombre de su esposa. Y con ello no dañaban a nadie pues decían estar autorizados por Alá. Aprendieron lo que les dañaba y no les aprovechaba, sabiendo bien que quien adquiría eso no iba a tener parte en la otra vida. ¡Qué mal negocio han hecho! Si supieran…
- Los que no crean y mueran siendo infieles incurrirán en la maldición de Alá, de los ángeles y de los hombres, en la de todos ellos.
- La piedad no estriba en que volváis vuestro rostro hacia el Oriente o hacia el Occidente, sino en creer en Alá y en el último Día, en los ángeles, en la Escritura y en los profetas; en dar de la hacienda, por mucho amor que se le tenga, a los parientes, huérfanos, necesitados, viajeros, mendigos y esclavos; en hacer la azalá (oración) y dar el azaque (tributo religioso); en cumplir con los compromisos contraídos, en ser pacientes en el infortunio, en la aflicción y en tiempo de peligro. ¡Esos son los hombres sinceros, esos los temerosos de Alá!
- ¿Qué esperan sino que Alá y los ángeles vengan a ellos en un nublado? La cosa está ya decidida. Todo será devuelto a Alá.
- Su profeta les dijo: «El signo de su dominio será que el Arca volverá a vosotros, llevada por ángeles, con la sahína de vuestro Señor y las reliquias de lo que dejaron las gentes de Moisés y de Aarón. Ciertamente tenéis en ello un signo si sois creyentes».
- El Enviado cree en cuanto le ha sido revelado por su Señor, y lo mismo los creyentes. Todos ellos creen en Alá, en Sus ángeles, en Sus Escriturasy en Sus enviados. No hacemos distinción entre ninguno de Sus enviados. Han dicho: «Oímos y obedecemos. ¡Tu perdón, Señor! ¡Eres Tú el fin de todo!».
- Alá atestigua, y con el los ángeles y los hombres dotados de ciencia, que no hay más dios que í‰l, que vela por la equidad. No hay más dios que el, el Poderoso, el Sabio.
- Los ángeles le llamaron cuando, de pie, oraba en el Templo: «Alá te anuncia la buena nueva de Juan, en confirmación de una Palabra que procede de Alá, y que será jefe, abstinente, profeta, de los justos».
-Y los ángeles dijeron: «¡María! Alá te ha escogido y purificado. Te ha escogido entre todas las mujeres del Universo».
- Y los ángeles dijeron: «¡María! Alá te anuncia la buena nueva de una Palabra que procede de el. Su nombre es el Ungido, Jesús, hijo de María, considerado en la vida de acá y en la otra, y que será de los allegados».
-Alá no os ordena que toméis como señores a los ángeles y a los profetas. ¿Es que iba a ordenaros que fuerais infieles, después de haberos sometido a el?
- Esos tales incurrirán, como retribución, en la maldición de Alá, de los ángeles y de los hombres; en la de todos.
- Cuando decías a los creyentes: «¿No os basta que vuestro Señor os refuerce con tres mil ángeles enviados abajo?».
- «¡Pues sí! Si tenéis paciencia y teméis a Alá, si os acometen así de súbito, vuestro Señor os reforzará con cinco mil ángeles provistos de distintivos».
- Los ángeles dirán a aquellos a quienes llamen y que han sido injustos consigo mismos: «¿Cuál era vuestra situación?». Dirán: «eramos oprimidos en la tierra». Dirán: «¿Es que la tierra de Alá no era vasta como para que pudierais emigrar?». Esos tales tendrán la gehena (infierno) como morada. jMal fin…!
- ¡Creyentes! Creed en Alá, en Su Enviado, en la Escritura que ha revelado a Su Enviado y en la Escritura que había revelado antes. Quien no cree en Alá, en Sus ángeles, en Sus Escrituras, en Sus enviados y en el último Día, ese tal está profundamente extraviado. Pero Alá es testigo de que lo que el te ha revelado lo ha revelado con Su ciencia. Los ángeles son testigos, aunque basta Alá como testigo.
- El Ungido no tendrá a menos ser siervo de Alá, ni tampoco los ángeles allegados. A todos aquellos que tengan a menos servirle y hayan sido altivos les congregará hacia Sí.
- ¿Hay alguien que sea más impío que quien inventa una mentira contra Alá, o quien dice: «He recibido una revelación», siendo así que no se le ha revelado nada, o quien dice: «Yo puedo revelar otro tanto de lo que Alá ha revelado»? Si pudieras ver cuando estén los impíos en su agonía y los ángeles extiendan las manos. «¡Entregad vuestras almas! Hoy se os va a retribuir con un castigo degradante, por haber dicho falsedades contra Alá y por haberos desviado altivamente de Sus signos.»
- Aunque hubiéramos hecho que los ángeles descendieran a ellos, aunque les hubieran hablado los muertos, aunque hubiéramos juntado ante ellos todas las cosas, no habrían creído, a menos que Alá hubiera querido. Pero la mayoría son ignorantes.
- ¿Qué esperan sino que vengan a ellos los ángeles, o que venga tu Señor, o que vengan algunos de los signos de tu Señor? El día que vengan algunos de los signos de tu Señor, no aprovechará su fe a nadie que antes no haya creído o que, en su fe, no haya hecho bien. Di: «¡Esperad! ¡Nosotros esperamos!».
- Y os creamos. Luego, os formamos. Luego dijimos a los ángeles: «¡Prosternaos ante Adán!». Se prosternaron, excepto Iblis.
- Pero el Demonio les insinuó el mal, mostrándoles su escondida desnudez, y dijo: «Vuestro Señor no os ha prohibido acercaros a este árbol sino por temor de que os convirtáis en ángeles u os hagáis inmortales».
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