¿Cuál es el parásito más resistente? Una idea.
Una idea o un pensamiento puede ser un parásito difícil de sacar de tu mente, pero también puede adoptar un comportamiento viral y extenderse a las mentes de otros de la manera más sutil, no consciente.
Todo lo que piensas forma parte de tí, y aunque de forma consciente no te des cuenta, lo transmites a tu entorno a través de tu estado mental, tu estado de ánimo y tu comportamiento. El pensamiento lleva al lenguaje y a la acción. Un solo pensamiento de una persona puede viajar de mente en mente y llegar en muy poco tiempo a personas sin relación directa con el originador del pensamiento.
¿Cómo reconocer que estamos siendo contagiados por una idea que no está en línea con nuestros objetivos? La respuesta la hallarás en tus sentimientos. ¿Alguna vez has terminado de conversar con alguien y te has sentido cansado, falto de energía, aburrido, o quizás enojado y alterado? De forma subconsciente, aquella persona te ha transmitido su estado de ánimo a través de su conversación, e incluso a través de su lenguaje corporal. Esa persona ha tomado energía que tú le has cedido.
Algunos ejemplos de transmisión y contagio de ideas:
“Un mal día” del gerente que descarga su malestar en la reunión con su equipo. Una persona de ese equipo lleva ese malestar del trabajo a su casa, donde se lo contagia a su pareja, que a su vez lo transmite a su hijo.
Una avalancha de malas (o buenas) noticias en los informativos de los medios de comunicación que se extiende por la mente de aquellos que se sienten afectados. En algunos casos, la idea puede llegar a implantarse en el subconsciente colectivo de algún grupo de personas, nación, o a toda la humanidad.
Con un buen entrenamiento mental reconocerás las ideas de las que te conviene protegerte. Tomando consciencia, reconociéndolas, sabiendo que forman únicamente parte del individuo, individuos o medios que las están generando, podrás parar el contagio en tu mente y por tanto en tu entorno.
Date permiso para que seas tú el creador de ideas, las ideas sobre lo que tú quieres ser, hacer o tener. De esa forma, no sólo crearás una protección activa ante aquello que te hace sentir mal de las ideas, opiniones y hechos de tu entorno, sino que serás tú el creador de la experiencia que te mereces.
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