Vivimos encerrados en nuestro paradigma de realidad personal. ¿Qué significa eso? Simplemente que nuestra realidad se asienta encima de unas creencias que nos sirven de pilares de apoyo a nuestro mundo para que no se nos venga encima.
Nuestro sistema de creencias está ahí para ayudarnos a sobrevivir en este mundo. Sacarle más partido aún a tu sistema de creencias puede ser una de las más inteligentes decisiones que tomes en tu vida. Para ello debes saber distinguir al menos dos clases de creencias: por un lado aquellas que te encaminan hacia la esencia de lo que eres, hacia tus objetivos vitales, y por otro lado aquellas que quizás incorporaste en un pasado como potenciadoras, pero que en este momento no hacen más que alejarte de lo que quieres ser.
Un paradigma es un conjunto de creencias que es asumido por la sociedad o por un individuo. Muchas de las creencias con las que partimos cuando ya hemos pasado nuestra etapa de educación en la infancia y juventud están funcionando ya en piloto automático, en nuestro subconsciente, y son difícilmente identificables a menos que tomemos conciencia de ellas a través de cambios radicales en nuestro entorno que nos hagan replantearnos el modo en que vemos nuestro mundo, o a través de un proceso de coaching donde podremos identificar esos puntos ciegos que se esconden detrás de nuestra mente racional.
En este artículo te propongo un método para que identifiques y retes a tus creencias limitantes, que las pongas a prueba y que te demuestres que eres tú y solo tú quien elige qué es verdadero en tu realidad y qué no lo es.
Identifica tu creencia limitante
¿Qué es lo que más te aleja en estos momentos de conseguir tus deseos en la vida y por qué no cambia esa situación? Apunta la primera respuesta que te ha venido a la cabeza porque muy seguramente responda a una de esas creencias que te gustaría sustituir.
Para que sirva de ejemplo, supongamos que hemos identificado la siguiente creencia respondiendo a esa pregunta:
Creencia limitante para tu paradigma: “Es demasiado tarde para recibir la formación que necesito para conseguir un trabajo que me guste”
Busca el contraste a tu creencia
Imagina cómo sería tu vida sin eso que te aleja de lo que quieres. ¿Qué es lo que harías? ¿Cómo te sentirías? ¿Qué tendrías que creer para que lo que te limita en tu paradigma actual fuera un absurdo?
En nuestro ejemplo podríamos identificar este contraste o creencia contraria a la que hemos referido antes como limitante:
Creencia potenciadora para tu paradigma: “Mi mente es capaz de aprender cualquier tipo de conocimiento en cualquier momento de mi vida para desarrollarme de forma continua como profesional”.
Refuerza tu nuevo paradigma
A partir de la creencia potenciadora que construyas, tu cerebro buscará evidencias para hacerla cada vez más real en tu mundo. Haz esas evidencias tan verdaderas en tu mente hasta el punto que incorpores la creencia de forma subconsciente, que forme parte de tu realidad.
Proponte para ello vivir al menos 30 días reforzando la nueva creencia aportando aún más evidencias. Vive en tu mente tu nueva creencia durante ese periodo como si fuera totalmente real y espera recibir tu recompensa por ello.
La realidad de tu entorno se adaptará a tu nueva creencia más rápido de lo que puedas esperar si realmente sientes en tu más genuino interior que aquello que has creado es real, es verdad.
Tu nivel de entendimiento de la realidad lo dictan tus creencias y tu paradigma. No tiene porqué haber mejores o peores niveles de entendimiento de la realidad (¿comparados con qué?). Cada uno de nosotros tenemos el nuestro. En lo que sí yo creo y entra dentro de mi paradigma, es que a medida que aumentas tus puntos de vista consultando diversas fuentes de conocimiento, en la medida que tu nivel de consciencia se expande, tus opciones aumentan también, y tu calidad de vida aumenta al disponer de más caminos sobre los que elegir en cada momento.
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