La mayor clave de prosperidad y satisfacción q existe
Autor
Mensaje
Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
Tema: La mayor clave de prosperidad y satisfacción q existe Dom Mar 10 2013, 03:53
Si queremos alcanzar el nivel más profundo de plenitud y satisfacción, sólo podemos conseguirlo decidiendo aquello que más valoramos en la vida, identificando cuáles son nuestros valores más altos, y luego comprometiéndonos a vivir de acuerdo con ellos durante cada uno de los días de nuestra vida. Lamentablemente, esto que acabo de decir no es habitual en la sociedad actual, ya que para empezar, con frecuencia, la gente no tiene una idea clara de lo que es importante para ella. Y si no tenemos claro sobre lo que es más importante en nuestras vidas ¿cómo podemos esperar a dar sentido a nuestra vida y a tener la capacidad para tomar decisiones efectivas? Ante esta situación se plantean varias preguntas; ¿Sabes cuáles son tus valores? ¿Sabes realmente quién eres?… y lo más importante: ¿Vives de acuerdo a tus valores internos más importantes y tu filosofía de vida? ¿Y qué es eso de “vivir tus valores”? Es más… ¿qué son los valores? ¿Y por qué son tan importantes para encontrar la plenitud en cualquier área de tu vida? Los valores son la brújula que guía a cada persona hacia sus últimos destinos. La clave para la felicidad es vivir conforme a nuestros valores. Por lo que debemos conocer cuáles son estos. Los valores representan aquello que es lo más importante para ti en la vida. Suelen ser definidos por una palabra (paz, amistad, libertad, transcendencia, familia, aprendizaje, etc.). Hay valores que son importantes para ti en ciertos momentos de tu vida, y por otro lado están tus valores directores, que son los que van, han ido e irán contigo siempre porque forman parte de ti y te hacen único. Los valores guían cada una de nuestras decisiones y, en consecuencia, nuestro destino. Quienes conocen sus valores y viven de acuerdo con ellos, alcanzan la satisfacción, la prosperidad y se convierten en los líderes de nuestra sociedad Si te pregunto: « ¿Qué valoras más?», quizás contestes: «El amor, la familia, el dinero…». De éstos, el amor es el valor final que anda persiguiendo; en otras palabras, el estado emocional que deseas alcanzar. La familia y el dinero, por su parte, son valores intermedios, es decir, una forma de alcanzar el estado emocional que deseas realmente. Hazte la pregunta mágica y clarificadora a cada respuesta que des de que ¿para qué quieres esto? Hasta que llegues a un circulo cerrado en tus respuestas. La mayoría de la gente no tiene clara cuál es la diferencia entre los valores intermedios y los fines y, en consecuencia, experimenta mucho dolor. La gente se encuentra a menudo tan ocupada persiguiendo los valores intermedios, que no alcanzan su verdaderos deseos: los valores finales, que son los que ‘realmente les harán sentirse realizados, los que les enriquecerán y recompensarán su vida. Uno de los mayores desafíos que observo es que la gente sigue planteándose objetivos sin saber siquiera lo que valora verdaderamente en la vida y, en consecuencia, termina por alcanzar sus objetivos y dice: « ¿y esto era todo?» Si queremos alcanzar la felicidad, debemos ir hacia la persona que queremos ser. Los valores deben ser impulsores de nuestras nuevas metas y conductas. A la hora de fijar nuestras metas se trata de que estén presentes siempre tus valores, porque son la única fuente verdadera de la que manan la capacidad de automotivación, la alegría, y la plenitud. Son la gasolina que nis proporciona la energía para alcanzar nuestras metas. ¿Te imaginas que uno de tus valores fuera el aprendizaje, y en cambio hubieras dirigido tu empresa o tu trabajo a un punto donde haces todos los días básicamente lo mismo? ¿O que la familia es un valor básico para ti, y llevas años sin dedicarle el tiempo y la atención que sabes deberías dedicar, siempre dándote buenas excusas para seguir trabajando? Y así podríamos seguir y seguir. Debes escucharte primero y después comprobar la coherencia de eso que escuchas con lo que te pide el corazón. Tus deseos, aunque sean realizables, tienen que ser profundamente deseados para poderlos lograr, sino no los lograrás. Para ello, tienes que aprender a escucharte y responder. Tienes que trabajar en tu autoconocimiento (tu perfil de personalidad, tu propósito de vida y tus talentos) y en tu autoconciencia (conocer tus valores y creencias).
Ejercicio Siéntate y escribe en un papel, una lista de los 5 valores más altos que actualmente tienes en orden de importancia preguntándote: ¿Qué es lo más importante para mí, en mi vida?. Define en detalle que significa para ti cada valor. Examina tu lista cuidadosamente y piénsalo bien. ¿Tienes inconscientemente algún conflicto? Por ejemplo, tienen dos valores en su lista que son completamente opuestos pero muy cerca en su orden de prioridades? Si es así, esto generará grandes conflictos y será fuente de autosabotaje, por lo que debes re-configurar tus prioridades para evitar alguno de estos conflictos Para cada uno de los valores identifica con que intensidad los vives valorándolos del 0 (Nada) al 10 (Totalmente). Establece metas concretas en un plazo, que sean realizables, con las que te comprometas y te acerquen a tus valores ¿Qué actividades específicas tienes que ejecutar cada día para asegurarte de que eres la persona que quieres llegar a ser y alcanzar los objetivos que te has propuesto? Ponte en acción.
Después de realizar el ejercicio te invito a pensar en que todo lo que haces que no tiene sentido y que no te acerca a tus valores. Honra tus valores pero no los dejes para mañana. Los valores te ayudan a filtrar y discriminar. Si no estás seguro de cómo responder a una persona, problema u oportunidad, pásala por tus valores principales. Si encaja, acéptalo.
A menudo, la gente desarrolla pautas habituales de comportamiento que la frustra o la puede destruir potencialmente: fumar, drogarse, beber, comer en exceso, intentos por controlar o dominar a los demás, dedicarse a ver la televisión con exceso, etc. Estos comportamientos son realmente el resultado de la frustración, la ira y el vacío que sienten las personas porque no sienten la plenitud en sus vidas. Están tratando de distraerse con respecto a esas sensaciones de vacío, llenando el hueco con un comportamiento que produzca un cambio rápido y fijo de estado de ánimo. Ese comportamiento se convierte en una pauta y, a menudo, la gente enfoca su atención a cambiar el propio comportamiento, antes que afrontar la causa. Pero lo cierto es que no tienen un problema con la bebida, etc. sino un problema de valores. La única razón por la que beben es para tratar de cambiar su estado emocional porque no les gusta cómo se sienten. No saben o no tienen claro lo que es más importante para ellos en sus vidas. Cuando traicionamos o no vivimos nuestros valores, lo que hacemos habitualmente por miedos o creencias limitantes, el mensaje que enviamos a nuestro subconsciente es que nuestros valores no son importantes, sacrificándonos y haciendo que nos sintamos desdichados. Muchas personas saben lo que quieren tener, pero no tienen ni la menor idea de lo que quieren ser. Obtener «cosas» no realizará a nadie. Esa sensación de fuerza interior que todos nos merecemos sólo la conseguiremos viviendo y haciendo aquello que consideremos como «lo correcto». En cambio, cada vez que vivimos de acuerdo con nuestros criterios más elevados, cada vez que cumplimos y satisfacemos nuestros valores, nos sentimos inmensamente alegres. No necesitamos cometer todos esos excesos porque la vida misma en si ya es increíblemente rica La clave para cambiar tu destino es la consciencia. Al estar conscientes de las fuerzas que controlan tu conducta (valores) podrás empezar a tomar las medidas para evaluarlas y cambiarlas en caso de ser necesario. Para vivir en coherencia con tus valores, de vez en cuando pregúntate ¿Lo que estoy haciendo ahora responde a mis verdaderos y auténticos deseos o estoy caminando en dirección opuesta o sin rumbo? Orienta tu vida alrededor de tus valores e involucrándote en actividades que te permitan expresar esos valores.