A lo largo de la vida, incluso poco antes de la muerte, el cerebro puede seguir remodelándose en respuesta a las experiencias de una persona. Este fenómeno, conocido como neuroplasticidad, nos ofrece una herramienta muy poderosa para mejorar nuestro bienestar, dicen los expertos.
“Ahora tenemos evidencias de que el puro entrenamiento mental puede provocar cambios no sólo en las funciones del cerebro, sino en la misma estructura cerebral”, declaraba Richard Davidson, neurocientífico de la Universidad de Wisconsin-Madison, ante una audiencia en la Academia de Ciencias de Nueva York, la noche del jueves 6 de febrero.
La plasticidad cerebral cambia con el tiempo, apuntó Davidson. Por ejemplo, a los niños pequeños les resulta más fácil aprender un segundo idioma o un instrumento musical.
El ejercicio para la mente
La idea de entrenar el cerebro no es algo radical, dijo Amishi Jha, una neurocientífica de la Universidad de Miami y otro de los panelistas del debate.
“¿Cuántos piensan que participar en ciertos tipos de actividad física cambiará la forma de funcionar del cuerpo? Nuestro entendimiento cultural actual es que determinados tipos de actividad pueden alterar el cuerpo de manera notable”, señaló Jha, y este entendimiento cultural puede ser cambiado para incorporar también a la mente.
El panel de discusión se centró en un tipo concreto de ejercicio: la práctica de la atención plena (mindfulness), que el panelista Jon Kabat-Zinn, un experto en la atención clínica, de la Universidad de Massachusetts en la Medical School, lo define como la conciencia.
“La atención plena es la conciencia que surge de prestar atención en el momento presente, sin juzgar”, dijo Kabat-Zinn.
Interés personal de Jha en la atención proviene del estrés. Siendo una joven profesora y madre y bajo la presión de su trabajo y la vida familiar, ella apretaba los dientes tanto que se causaba entumecimiento, interfiriendo con su capacidad de hablar. Jha asistió a una presentación que dio Davidson y se sorprendió al oírle hablar que la meditación, cultivando la atención plena, se podía promover un modelo positivo de la actividad eléctrica en el cerebro.
“Yo me decía, ‘no puedo creer que haya usado esa palabra, meditación, en este auditorio, nunca lo había oído en un contexto científico.”
Así pues, Jha comenzó su propia práctica de la atención, que no sólo redujo su nivel de estrés, sino que también la inspiró a explorar el tema como neurocientífica.
Abriendo la puerta
Hay muchas puertas para la plena atención, dijo Kabat-Zinn, y dio dos ejemplos: Una persona puede practicar la atención enfocándola en algo, como puede ser su propia respiración, y haciendo esto puede empezar a divagar, dijo Kabat-Zinn.
También es posible practicar la conciencia sin elegir ningún objeto determinado sobre el que centrarse, sin embargo, “esto es algo que resulta más difícil de hacer”, dijo.
Cultivar la atención plena puede ayudar a romper ciertos ciclos perjudiciales, como los que acompañan a la depresión, en los que la mente sigue repitiendo los mismos pensamientos negativos.
“Cuando ves que esos no son tus pensamientos ni tus emociones, entonces tienes toda una paleta diferente para elegir una manera de ser”, señaló Kabat-Zinn.
Las raíces de Oriente
Muchos dirán que la atención plena que se practica en la sociedad occidental tiene sus raíces en el Oriente, en el budismo, señaló Steve Paulson, moderador del programa de radio pública “To the Best of Our Knowledge.”
Paulson preguntó a los panelistas, “¿La atención plena es una práctica espiritual?”
“Desde mi punto de vista, no hablo de espiritualidad, porque yo no sé qué significa lo espiritual”, reseñaba Davidson, de la Universidad de Wisconsin. “Creo que de lo que estamos hablando forma parte de la capacidad innata de todo ser humano”.
Los monjes budistas, a quienes ha estudiado Davidson, proporcionan una “conveniente muestra” de un grupo de personas que han recibido el mismo entrenamiento, algo importante a tener en consideración para la investigación, dijo.
La neurociencia
Los escáneres cerebrales de personas meditando muestran patrones diferentes de actividad según el nivel de experiencia del practicante. Estos patrones también varían en función del tipo de práctica de meditación utilizado, subrayó Davidson.
El trabajo en laboratorio de Davidson, indica una conexión entre la meditación y la resiliencia. Una respuesta al estrés se vuelve problemática cuando alguien persevera o tiene una reacción emocional tiempo después de que el problema haya terminado. En el cerebro, esto se muestra como la activación prolongada de una región conocida como la amígdala.
La atención plena puede aumentar la velocidad de recuperación de la amígdala, y cuantas más horas practique la gente, más rápido se recuperan sus amígdalas, según señalan los datos de Davidson.
Este panel fue el último de una serie de cuatro sobre la conciencia, moderados por el presentador de la radio pública, Paulson, y presentado por la Fundación Nour.
http://www.pedrojcardenas.com/autoayudandote/2013/02/ejercitar-el-cerebro-puede-mejorar-tu-vida/