A veces pasa que hacemos todo y más de nuestra parte y así todo ese objetivo no se realiza. Esto puede ser un factor karmatico, puede que no sea el tiempo o que no sea el camino, pero de igual manera si no ponemos en práctica nuestra parte no sabremos los resultados.
El karma nos ayuda a vivir experiencias ya sea felices o poco felices que tendrán que ver con nuestro crecimiento interior. A veces, cuando hacemos y damos todo de nuestra parte y no sucede es porque no tenía que ser o porque no era el momento adecuado. Mucho de esto tiene que ver con nuestro karma pero nadie puede hablarnos certeramente sobre nuestro karma o sobre si por causa del karma tal o cual cosa no sucedió.
Cabe aclarar que el karma no es exclusivo de otras vidas, tenemos karma positivo y negativo de cada acción que hayamos hecho en nuestra vida actual. Cada acción tiene su reacción, esta es la ley de causa y efecto.
Respecto al karma también influye nuestra responsabilidad para con nuestra vida. Es común querer librarnos de las consecuencias de nuestras irresponsabilidades culpando a los demás o culpando a Dios, (Jesús, Krisna, el Señor o como quieran llamarlo) “el Señor es quien me ha enviado esto como castigo”. Sin meternos en creencias religiosas que no vienen al caso, es importante ver objetivamente y sinceramente que hemos hecho o dejado de hacer nosotros para atraer tal situación a nuestra vida. Hacernos cargo y hacer todo lo posible por remediarlo, sanarlo y transmutarlo.
Por otro lado, es bueno tener en cuenta que no se puede evitar lo inevitable. Pero también todo tiene una razón de ser y si eso no se pudo evitar habrá sido por algún motivo que desconocemos. Todo lo que sucede en nuestras vidas tiene una razón de ser y una respuesta aunque la desconozcamos.
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