Sí. Ese es tu próximo destino. Este tren no tiene reversa. Aunque parezca imposible pensar que en un plano de conciencia física como este puedas volverte invulnerable, así será. Tu conciencia está empezando a recordar su Esencia. La plenitud inmutable, la perfección o la sensación de eternidad que estás empezando a experimentar empezarán poco a poco a transformar también tu realidad física. Es la nueva película que estás proyectando desde el reproductor que es tu mente. Es una película completamente nueva.
Esta película no está en el formato acostumbrado, es completamente fantástica. Aquí todo sucede con claridad, los colores son brillantes, las situaciones milagrosas. El tema de toda la película es la invulnerabilidad y la experiencia de perfecta felicidad. En ella todo te sale siempre bien. Todo es un regalo para ti. Aquí se desvanecen todas las memorias de la dualidad en las que cada vez que algo salía bien algo más no demoraba en salir mal.
Por momentos querrás que la película todavía sea como era antes. Querrás que todavía existan dramas o aspectos que necesiten resolución; querrás y por ende creerás y verás que todavía estás sujet@ a las limitaciones, y de vez en cuando todavía se manifestarán tropiezos en el nuevo guión.
Este control al que te acostumbraste es normal, no te recrimines ni te desalientes por ello. No desperdicies en vano tu energía con culpas viejas, o la idea de que no has hecho suficiente. No estás retrasado ni adelantado estás por fin exactamente en donde perteneces. No podrías estar mejor o peor porque la perfección no conoce estados diferentes al único posible en todo.
En lugar de perder el tiempo recuerda que ahora el guionista ya no eres tú. Ya no son tus experiencias de dolor, defensa y ataque lo que inspiran esta película. Ya no es el temor, la duda y desesperanza. Ya no se trata de lograr ni demostrar nada, vencer obstáculos o tratar de mejorar tu parte humana.
Ahora tu Verdadera Identidad, el Omniverso perfecto -por siempre inimaginable desde esta perspectiva de conciencia- está a cargo de cada detalle de tu vida en este mismo plano. Ahora ya no necesitas controlar o preocuparte de nada. Todo está inmutablemente sentenciado a ser perfecto, excepto cuando tú todavía metas cuchara en un plato que ya no te gusta, que cae mal a tu organismo y que realmente solo sigues pidiendo por fuerza de la necia costumbre.
Ahora tu trabajo es volverte un experto en recibir, un maestro en merecimiento. Tu trabajo es no limitar tu nueva realidad con tus pensamientos podridos de pesimismo y no interponer obstáculos viejos a todo lo que te llegue, pues absolutamente todo será milagroso y lleno de beneficios para Ti. Ahora tu labor es mantener e integrar la quietud y abrir la imaginación como nunca antes has hecho para permitir todas las bendiciones con las que Tu mismo te bendices.
La invulnerabilidad será completa. No necesitarás defensa alguna. Es más, no querrás defenderte de nada pues amarás absolutamente todo. Poco a poco el miedo irá desapareciendo y la sensación de libertad y completitud se volverá tu nuevo alimento. Estás condenado a ser completamente libre. No puedes escaparte de tu grandioso destino.
“En este momento soy invulnerable en este plano. La mayor parte de Mí aun no se ha dado cuenta de ello pero en la quietud lo recordaré, creeré y manifestaré. Me abro a reconocer las bendiciones y milagros que en todo momento me rodean. Me acostumbro con facilidad a recibirlos y a sentirme completamente merecedor de aquello que viene de Mí mismo y que Yo mismo Me doy. Mi perfecta felicidad es el mayor servicio a todos los demás.”
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