Las técnicas necesarias para realizar un ejercicio efectivo de hipnosis, autohipnosis, visualización o meditación no se pueden describir de manera sencilla. En realidad el diseño de un ejercicio efectivo requiere de ciertos conocimientos de psicología cognitiva que rebasan el tipo de información que se puede obtener en un curso o libro de desarrollo personal común. Es por eso que existen ejercicios específicos para diferentes temas e incluso manuales para transformar aspectos enteros de la personalidad. La transformación de cada aspecto requiere considerar elementos diferentes para que el trabajo sea efectivo, profundo y duradero.
Es posible hablar de ciertos lineamientos generales que deben seguir los ejercicios de autohipnosis, visualización y meditación, pero hay que tener en cuenta siempre que conocer estos lineamientos generales no es suficiente para diseñar un ejercicio que produzca los cambios de emoción y pensamiento que verdaderamente pueden transformar áreas de la personalidad de manera duradera. Esos lineamientos sirven como una guía para saber qué esperar de un ejercicio y realizarlos adecuadamente, pero no para diseñar un ejercicio. Desgraciadamente, muchas personas creen que saben lo que se necesita para ir transformando su personalidad con este tipo de estrategias y hasta escriben libros al respecto, cuando en realidad sólo están provocando una serie de dificultades en la trasformación de la persona que usa los ejercicios diseñados por ellos.
Esa es la razón del por qué una persona puede sentirse muy segura de sí misma por un tiempo y de pronto, sin razones aparentes, caer de nuevo en las sensaciones de miedo e inseguridad. Explico ahora lo que sucede y a qué me refiero con “una serie de dificultades” en la personalidad de quien usa ejercicios mal diseñados. El asunto es que los ejercicios de programación mental, como podríamos llamar a todas estas estrategias de visualización, meditación e hipnosis, pueden tener dos diferentes maneras de actuar en las personas. La primera es lo que llamaremos una “estructura defensiva” o “una defensa” como se le llama normalmente en la antigua escuela del psicoanálisis. La segunda es la que idealmente estamos buscando provocar con un ejercicio de reprogramación mental, es decir, un cambio en la manera automática de reaccionar de la mente a nivel profundo. Además de estas dos maneras de actuar, los ejercicios de visualización e hipnosis pueden influir en diferentes áreas de la mente humana como punto principal de su influencia. A grandes rasgos podemos decir que pueden afectar en primer término en las conductas, las emociones o los pensamientos y que dependiendo de cual de estos tres elementos afecten primero tendrán influencia diferente sobre los otros dos aspectos.
Como se puede observar, entender la dinámica de estos ejercicios es mucho más complicado que lo que la gran mayoría de los libros de superación personal asumen: piensa positivo y ya. La verdad es que no cualquiera tiene verdadero conocimiento sobre estas técnicas que parecen ser muy simples y manejables para todo mundo.
Explicándolo en términos simples, la razón por la cuál sucede aquello de que la seguridad personal se pierde de repente suele ser (aunque no es la única posibilidad) que la persona ha estado practicando sentirse segura o autoconvenciéndose de sentirse segura, pero no lo ha hecho de la manera adecuada, por lo que lo que ha hecho en realidad es crear una “estructura defensiva” de pensamientos o emociones que en realidad esconden su inseguridad, pero el ejercicio que realiza no tiene el potencial para resolver esa inseguridad que quedó escondida. Por ello, bastará con que se enfrente a ciertas circunstancias de la vida o se ponga en cierto estado mental para que la inseguridad regrese. Y lo peor del asunto es sí es posible que al regresar la persona se sienta más indefensa que antes y se convenza de que en el fondo es una persona totalmente insegura afectando su autoestima, su autoconcepto y generándose aún más inseguridad o haciéndola más difícil de superar.
En cuanto al nivel de profundidad del trance hipnótico necesario para provocar un cambio real, tanto en la hipnosis como en la visualización y la meditación, es indispensable aprender a concentrarse de manera profunda. No es posible hacer clara la idea que “profunda” implica a través de las palabras, se requiere de estar haciendo los ejercicios hasta sentir ese nivel de conciencia, y de hecho esta es una de las partes más importantes e el diseño de un ejercicio, el que las instrucciones sean las adecuadas para ir permitiendo al participante que su mente aprenda a concentrarse cada vez más conforme más practica la visualización, la hipnosis o la meditación. Para dar una idea de cómo se vive ese nivel, es un estado mental en el que los juicios racionales ya no guían nuestras conclusiones, sino que podemos seguir una línea de pensamientos basada en nuestras sensaciones y emociones. Es como cuando decimos “me late que va pasar esto” y no tenemos ninguna razón lógica para suponer ese evento. La sensación dentro del trance es parecida, lo que importa es la emoción, no el pensamiento. No es que el pensamiento deje de funcionar, ni que deje de ser importante, pero o que guía a la mente en el momento del trance son las sensaciones provocadas por nuestra propia voz mental o la de quien guía el ejercicio de meditación, hipnosis o visualización.
Los ejercicios creados adecuadamente no generan defensas que esconden el problema a resolver, sino que van transformando a través de sensaciones los procesos profundos de la mente más allá del nivel de pensamiento racional consciente con el que funcionamos día a día. Ahí radica el enrome poder de la sugestión mental.
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