El tigre y el zorroEn cierta ocasión, un zorro fue atrapado por un tigre descomunal, feroz..., y un poco estúpido. Sometido por las poderosas garras del felino, el pobre animal juntó energía para decir con firmeza:
—Cuidado con lo que vas a hacerme. Soy el más temido entre los animales, a mi paso todos se alejan pavoridos, ninguno se anima a mirarme a los ojos.—y agregó—Puedo demostrarlo si lo deseas!.
El poderoso tigre escuchó la advertencia con asombro, cedió la presión de sus garras y liberó a su presa.
—Me gustaría ver el miedo que inspiras a los demás animales; pero te advierto que si no es como dices, te destrozaré sin cháchara ni piedad—replicó, majestuosa, la fiera devastadora.
El zorro se recompuso y dijo:
—Ahora mismo te mostraré mi influencia social. Salgamos a caminar por la selva y la campiña. Ven conmigo, te impresionarás de la forma en que me temen.
Y así fue, tal como el zorro había anunciado. A su paso, todos los animales escapaban con pánico. El tigre observaba sorprendido la influencia de su acompañante, y, en su limitada comprensión, pensaba: "¿Cuál será el secreto de su prestigio?", sin darse cuenta que era su presencia la que inspiraba temor.
En realidad, el poder radica en la capacidad imaginativa, en el ejercicio de la inteligencia y en la confianza en uno mismo. El zorro estaba seguro del valor de su acompañante; el tigre, en cambio, lerdo, no llegaba a captar sus propios méritos.
Es conveniente conocer en la vida quién nos acompaña, aún cuando caminemos solos. Y también valorar la calidad de nuestras propias pisadas.
Fuente:
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