Todo lo que le acontece al ser humano que es unidad psicofísica es evidentemente psicosomático o somatopsíquico, no es posible separar estos dos campos. El desequilibrio afecta a la entera unidad del sistema energético, por tanto, la energía esta comprometida tanto en las manifestaciones orgánicas como emocionales y supone una crisis en la biografía de la persona. Se puede estar hablando de psicosomática o de somatopsíquica, es lo mismo, no hay un predominio preestablecido. Lo cierto es que en función de la historia de cada persona y el tipo de patologías que presenta hay una mayor o menor tendencia hacia las causas internas o las causas externas. El sistema mantiene un cierto equilibrio, cuando éste se rompe aparece el trastorno, y entonces el síntoma tiene una repercusión a todos los niveles del individuo. Siempre que hay una perturbación del equilibrio energético, aparece el síntoma, y entonces, es necesario comprender que está ocurriendo desde el punto de vista psicosomático. Muchas veces algunas manifestaciones como por ejemplo el asma, tienen un componente emocional concreto: ahogo por sobrecarga de trabajo. El asma que se origina debido a una disminución del sistema inmunitario perturba la existencia de la persona, pero en tanto en cuanto no se establezca crónico no es necesario practicar ninguna terapia Qigong. No hay que olvidar que la primera causa de muerte en el mundo desarrollado es una de las principales patologías psicosomáticas: la enfermedad cardiovascular, y puede llegar a situaciones realmente graves, en estos casos la intervención desde el primer momento mediante la terapia de Qigong es muy indicada.
Si recordamos al lenguaje popular, literario, hay muchas expresiones comunes que se utilizan con frecuencia y que tienen que ver con la correlación psicosomática: “se me rompió el corazón a pedazos”, “la persona se me atragantó”. Son referencias de cómo algo que tiene que ver con lo emocional se transforma en manifestación somática, y la sabiduría popular nunca falla. Si analizamos el concepto de emoción, etimológicamente significa ex-movere: que significa mover hacia el exterior. Es decir, una emoción es un elemento básico del ser humano que busca expresarse desde el núcleo orgánico. Evidentemente ese proceso de exteriorización requiere un movimiento energético para que la emoción pueda hacerse patente. El concepto de emoción incluye la vertiente psicosomática dado que parte de una base orgánica, que dice que algo en el sistema se activa como para generar una emoción. Las emociones provocan una serie de reacciones fisiológicas por todo el organismo y originan cambios en el ritmo cardiaco y en la presión sanguínea, desajustes en la respiración, alteraciones de la digestión, secreciones de diversas hormonas y liberación de neurotransmisores en el cerebro y sistema nervioso. Cuando una determinada reacción emocional es repentina y explosiva, o, cuando se prolonga hasta hacerse crónica, entonces, causa una serie de reacciones fisiológicas graves que dañan la energía del órgano relacionado, desequilibrando todo el sistema energético. Consecuentemente, la Energía Vital Protectora que es el equivalente al sistema inmunológico se debilita por las emociones que son la causa interna de enfermedad. Está claro que las emociones son mentales y físicas a la vez y ejercen influencias reciprocas entre sí. Como decía Juvenalis, la salud mental y la salud física, van siempre de la mano.
HIGADO
El hígado se clasifica en el movimiento básico de la madera que se caracteriza por una energía generadora y elástica que crece hacia arriba.
A nivel físico el hígado almacena la sangre y regula la circulación y distribución uniforme de la Energía Vital, también ejerce una función de control sobre el tejido tendíneo y también sobre la uñas. El hígado emerge en los ojos. La vesícula biliar que almacena y excreta la bilis está asociada con el hígado.
A nivel psicosomático los frecuentes ataques de ira dañan el hígado, daño que a su vez hace mayor la tendencia a la irascibilidad, estableciendo así una rueda sin fin de energía emocional destructiva que se auto perpetúa.
A nivel somatopsíquico el equilibrio de la energía hepática remarca la cualidad de la amabilidad y bondad. Sin embargo, una carencia de la energía Yin facilita que la energía Yang del hígado empiece a quemar como un incendio descontrolado, provocando, ira, rabia y agresividad. La energía Yang asciende en pequeñas descargas hasta llegar al corazón, residencia de espíritu, produciendo migrañas, dolor de cabeza, mareo y confusión mental. Si la hiperfunción energética persiste se pueden generar piedras en la vesícula biliar. La carencia de energía Yang acrecienta la energía Yin del hígado, es decir la incapacidad de encolerizarse lo que se expresa mediante un comportamiento irónico y sarcástico y una actitud cínica frente la vida. La irritabilidad no manifestada se puede convertir también en frustración. El sujeto que expresa una ira violenta y agresiva desencadena afán de venganza, resentimientos y culpabilidad. La energía equilibrada y generadora del hígado favorece una personalidad con gusto por el crecimiento, entendido como trabajo de superación o ambición sana. Aporta una clara visión de futuro con gran capacidad para planear y tomar decisiones. Como el hígado está relacionado con la visión, favorece la memoria visual, la fantasía y la imaginación. Es el espíritu de iniciativa, emprendedor y explorador. El hígado es la casa del alma (Hun), este nivel psíquico es el que desvía hacia el cuerpo y por tanto somatiza los excesos de las emociones, con la misión de proteger al corazón.
CORAZON
El corazón se clasifica en el movimiento básico del fuego que se caracteriza por una energía expansiva que tiende a propagarse con rapidez, la energía calienta y tiende a elevarse, se mueve hacia arriba, es como la llama del fuego.
A nivel físico el corazón regula la sangre y controla los vasos sanguíneos. El corazón emerge en la lengua. El intestino delgado que separa lo puro de lo impuro se asocia al corazón. El pericardio protege al corazón y se asocia con el calentador triple que es un órgano que no tiene equivalencia en anatomía occidental pues tiene una función puramente energética dado que coordina la transformación y el transporte de los fluidos del cuerpo además de regular la función térmica de todo el organismo.
A nivel psicosomático los estados de agitación perjudican al corazón, por lo que éste tiene propensión a generar todavía mayor euforia creando un circulo vicioso que no tiene fin.
A nivel somatopsiquico el equilibrio de la energía cardiaca induce a un estado de serenidad y generosidad: se sabe dar y recibir amor. Si el corazón sufre un desequilibrio energético se origina un comportamiento de sobreexcitación, eufórico, de agitación o alegría desmesurada, el humor se vuelve variable y va de un extremo a otro, se pueden alcanzar estados de histeria. Se pierde totalmente el control. En el caso limite se llega a la pasión desmesurada y fanatismo. La persona puede volverse influenciable. Surgen dificultades para comunicarse comprensiblemente, se balbucea, incluso se tartamudea. La energía del corazón fluye más lenta y se congestiona, provocando irregularidades en el ritmo cardiaco que se traducen en palpitaciones, taquicardias, nerviosismo e insomnio. La energía equilibrada y expansiva del corazón favorece una personalidad con claridad de ideas, con gran facilidad de comprensión y asimilación; comunicativa. El espíritu (Shen) habita en dos residencias: en la frente y en el corazón; en la primera residencia, el espíritu discierne los acontecimientos de la vida y toma conciencia de ellos, en la segunda residencia el espíritu equilibra todos los sentimientos y es capaz de expresarlos con sinceridad.
BAZO-PANCREAS
El bazo-páncreas se clasifica en el movimiento básico de la tierra que se caracteriza por una energía que sube y baja uniformemente. Es una energía estabilizadora.
A nivel físico, el bazo-páncreas que se localiza justo en el centro del tronco, regula la transformación y el transporte de la Energía Vital, además, controla el tejido muscular. El bazo-páncreas emerge en la boca. El estomago que recibe y procesa los alimentos se asocia al bazo. La energía ascendente del bazo-páncreas con la energía descendente del estomago, confieren al conjunto una estabilidad energética. La glandula del timo se asocia al Bazo-pancreas.
A nivel psicosomático la medicina occidental también reconoce la conexión entre preocupación crónica y los trastornos estomacales tales como las ulceras y la indigestión.
A nivel somatopsíquico el equilibrio de la energía del bazo-páncreas alimenta las virtudes de la compasión y la empatía. Al conjunto bazo-páncreas no se le asocia ninguna emoción si no aspectos meramente intelectivos, de hecho, cuando sucede un desajuste energético y el bazo-páncreas, está en vacío, se desarrolla una excesiva preocupación y una persistente fijación mental en algún problema concreto que mantiene constantemente ocupada la mente y aquí cabe cualquier tipo de preocupación crónica, cuando el desajuste es extremo se sufren obsesiones. El desequilibrio acrecienta la intolerancia, el individuo se aísla y no desea relacionarse. El desajuste energético perjudica la digestión, provoca dolor abdominal y baja la resistencia al privar al cuerpo de la Energía Vital Nutritiva, todo ello provoca fatiga y letargo. La energía equilibrada y estabilizadora del bazo-páncreas predispone una personalidad con sentido de la realidad (pies en el suelo) y que posee muy buena capacidad de adaptación al entorno; analiza, sintetiza y procesa todo tipo de conocimiento que transforma en experiencia y que utiliza para superar cualquier situación difícil que se presenta en la vida. El bazo páncreas es la casa del Intelecto (Yi), donde reside el pensamiento lógico y la razón, la crítica constructiva, la reflexión y la memoria.
PULMONES
Los pulmones se clasifican en el movimiento básico del metal que se caracteriza por la condensación de la energía, en la que las fuerzas que enfrían se mueven hacia adentro, todo lo contrario de la energía expansiva del elemento fuego.
A nivel físico los pulmones regulan la Energía Vital, la respiración y el transito de agua en el cuerpo, también controlan el tejido epidérmico. Los pulmones emergen en la nariz. El intestino grueso que absorbe lo puro y excreta lo impuro se asocia a los pulmones.
A nivel psicosomático, la respiración superficial y entrecortada que se experimenta durante periodos de ansiedad intensa es un síntoma común conocido tanto por lo médicos occidentales como por los orientales.
A nivel somatopsíquico, el equilibrio de la energía de los pulmones alimenta la integridad y dignidad. Cuando se origina un desajuste Yin/Yang la energía se congestiona, los pulmones se dañan y se desajusta todo el aparato respiratorio. La circulación de la energía altera la respiración y la inhibe, al mismo tiempo, baja la resistencia y debilita el escudo de Energía Vital Protectora que rodea el cuerpo, entonces aflora la tristeza, la melancolía y el sufrimiento; el individuo pierde la confianza en la vida y afronta el futuro con pesimismo, vive desesperanzado, tiende al aislamiento y a la soledad. La energía equilibrada y condensada de los pulmones predispone a una personalidad que demuestra dignidad y honorabilidad, sabe juzgar con rigor y ecuanimidad, tiene un gran sentido del deber y del sacrificio ejemplar. Los pulmones son la casa del Instinto (Po) que es el que hace presentir lo que es bueno o malo, de la atracción o repulsión como instinto de supervivencia; intuye las situaciones que están por suceder, es el sentido que ayuda a detectar peligros.
RIÑONES
Los riñones se clasifican en el movimiento básico del agua que se caracteriza por una energía unificadora de movimiento descendente.
A nivel físico los riñones almacenan la esencia y controlan la reproducción, el crecimiento y el desarrollo, también producen médula y sangre y controlan el tejido óseo. Los riñones emergen en los oídos. La vejiga que almacena orina y controla la excreción está asociada a los riñones. Las glándulas suprarrenales se relacionan a los riñones.
A nivel psicosomático, el miedo paraliza y bloquea la energía renal y si es repentino provoca tal desajuste en la energía de la vejiga que la hace evacuar inmediatamente. El miedo es un código biológico para la supervivencia, ante una amenaza o peligro, el miedo activa el mecanismo de la autodefensa, bien con una acción de huída o con un ataque, por tanto, al miedo se le puede considerar como un excelente amigo que vela por la seguridad. Solamente el sentimiento del miedo es negativo cuando se siente por situaciones de peligro imaginarias. La demanda neurótica de cosas, el apego y aferramiento a lo material, es una búsqueda de seguridad que encubre la emoción de miedo.
A nivel somatopsíquico, el equilibrio de la energía renal desarrolla una gran confianza en las propias capacidades. Cuando se origina un desequilibrio, la energía de los riñones baja, la persona siente pesadez en los miembros inferiores a la vez que es presa del miedo y del pánico. Todas las fobias son miedos que tienen su origen en una disfunción energética, claustrofobia: miedo a estar en espacios cerrados; agorafobia: miedo a los espacios abiertos y etc.. Cuando la energía renal es débil, aparece la timidez, se tiene miedo de todos y de todo. El desequilibriohace descender la libido. La energía equilibrada y unificadora de los riñones evita que surja o se introduzca el miedo, además, favorece una personalidad con gran fuerza de voluntad, son aquellos personajes muy activos que empujan siempre los asuntos hacia delante. Los riñones son la casa de la intención y la volición, también de la libido (Zhi).
La ausencia de emociones no es una opción acertada para mantenerse en equilibrio. La frialdad y la indiferencia son síntomas de ausencia de Espíritu (Shen), la serenidad conjuntamente a la capacidad de dar y recibir amor, son indicadores de su abundancia.
Cuando una emoción como por ejemplo la ira persiste en extremo, afecta primero al órgano yin asociado (el hígado), luego afecta al órgano yang (la vesícula biliar), seguidamente al órgano creado (el corazón), al creador (el riñon), al controlado (el bazo) y finalmente al controlador (el pulmón), debilitando todo el organismo y desencadenando un autentico malestar emocional y mental.
En el cuerpo humano siempre que un órgano se desequilibra, genera un efecto de cascada, desencadenando un desajuste energético en todo el organismo, una autentica sinergia de malestar físico, emocional y mental.
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