Sólo ves sus defectos, porque en eso es en lo que te estás enfocando.
Si con tu cámara de fotos apuntas a los pies de alguien, ¿cómo esperas sacarle su cara?
Tu atención es un punto de mira que expande y amplifica aquello que observa. Cuanto más critiques a la gente, más razones tendrás para criticarla, porque te percatarás de más cosas negativas que antes no habías percibido.
La belleza se halla en los ojos del que mira.
Vemos a los demás como nos vemos a nosotros mismos.
Vives en un mundo hermoso, pero puedes negarte a querer verlo. No lo verás, pero no por eso habrá desaparecido. Estará ahí esperándote a que decidas limpiar las lentes de tu cámara, y apreciar las cosas como realmente son.
Y date cuenta de que intentar ver sólo lo bueno NO es engañarnos a nosotros mismos. Es recuperarnos del engaño en que hemos vivido hasta ahora.
El amor es lo único real y, como tal, es lo único que nunca desaparecerá, porque ES lo que somos.
Por otro lado, si olvidamos que nadie, excepto nosotros, tiene la capacidad para hacernos felices, y que nuestra conexión con la Fuente es lo único que nos proporcionará la sensación de amor, libertad, poder y alegría que desde siempre hemos anhelado, quizá caigamos en la trampa de creer que los demás pueden proporcionarnos esas gratas emociones.
Pero piensa en lo siguiente:
Cuando alguien hace algo encantador que nos agrada (como elogiar nuestro aspecto, o alabar nuestro trabajo), nos sentimos muy bien.
Y cuando esa misma persona hace algo que nos desagrada (como comerse la última gamba de la bandeja, o no felicitarnos por nuestro cumpleaños), nos sentimos muy mal.
Así que, a partir de ahí, puede que intentemos controlar el comportamiento de esa persona para que se ajuste a nuestras preferencias y podamos, por tanto, sentirnos bien. Pero como hemos olvidado que podemos elegir sentirnos bien independientemente de la conducta del otro, nuestra vida se reducirá entonces a intentar obligar al otro a actuar de la manera que a nosotros nos agrada. Pero como el otro es un ser libre, resistirá nuestros intentos por encorsetarlo en nuestro criterio personal de lo que está bien y lo que no.
Y así, pasaremos de ser creadores con una capacidad ilimitada para enfocar nuestra energía en la realidad que queremos experimentar, a convertirnos en meros observadores pasivos de la situación que tenemos enfrente nuestra.
Por tanto, veremos algo que nos hace sentir mal, y en vez de dirigir nuestros pensamientos hacia una forma de percibir la situación que se halle más en armonía con nuestro Ser Interior, nos quedaremos ahí, quejándonos y encontrándole defectos a los demás.
De modo que, despierta hermosa criatura, y disfruta como el niño que en realidad eres de este maravilloso patio de recreo llamado Planeta Tierra.
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