Los constructores pueden demorar años en sus tareas,
pero un día terminan aquello que estaba haciendo.
Entonces se paran, y quedan limitados......
¡¡por sus propias paredes.¡¡
La vida pierde el sentido cuando la construcción se para.
Pero existen los que plantan. Estos a veces
sufren con las tempestades, las estaciones,
y raramente descansan. Pero al contrario
que un edificio, el jardín jamás para de crecer.
Y, al mismo tiempo que exige la atención del
jardinero, tambien permite que, para él, l
a vida sea una gran aventura.
Los jardineros se reconocerán entre sí,
porque saben que en la historia de cada
planta está el crecimiento de toda la Tierra.