Mientras camine, estoy vivo

“Aquél que quiere acercarse a la perfección divina no se preocupa del tiempo: trabaja con elementos que pertenecen a otra dimensión. Él se dice: «Incluso si esto debe ocuparme toda la eternidad, no me pararé. Incluso si no llego, continuaré. Mientras camine, estoy vivo».

Su vida profesional, su vida social, su vida individual obligan a los humanos a tener en cuenta el tiempo, y para algunos esto acaba siendo una obsesión: hay citas a las que se debe llegar con puntualidad, los horarios laborales, los de los trenes, aviones, los de apertura y cierre de las tiendas o de las administraciones, etc. Sin mencionar el tiempo necesario que hay que economizar ya que, como se suele decir «el tiempo es oro». El tiempo reina sobre los humanos. Pero en la vida espiritual, el tiempo no debe contar. Lo esencial es el objetivo. Incluso si el objetivo a alcanzar permanece inaccesible, no importa, es necesario continuar avanzando sin preocuparse del tiempo.”

Omraam Mikhaël Aïvanhov