Cuanto más en silencio se trabaja en la propia transformación, más efectivo es el resultado.
Son muy escasos los grupos de trabajo interior en que el progreso espiritual sea superior a la satisfacción vanidosa del ego.
La transformación del Espíritu es íntima, callada, sin exteriorización ni alardes exteriores de ostentación . La vanidad ronda sutilmente en reuniones supuestamente espirituales.
La transformación personal es un trabajo intimo de uno mismo.
Cuando te retires al silencio de tu templo interior, oirás una voz sin palabras ni conceptos, que te iluminará.
Recógete en tu templo silencioso, donde nadie es rechazado, porque es el lugar más propio e íntimo de cada uno. Allí estás tú y, en silencio, se hará el milagro de tu iluminación y transformación.