Hablar del suicidio no es fácil, especialmente para los que nos quedamos, para los familiares y amigos que han vivido esta dura experiencia. Cuesta entender qué motiva a los que deciden marcharse "antes de tiempo", puede ser el dolor, la angustia, la enfermedad, el temor, etc.
A veces, la culpa atrapa nuestros pensamientos, ¿podíamos haberlo evitado?, ¿qué señales pasamos por alto?, ¿por qué no me di cuenta de lo que era tan evidente? No podemos o no deberíamos cargar con un peso que no es nuestro.
Hay tantas preguntas cómo personas somos y posiblemente pocas sean las respuestas que tengamos o recibamos que aporten la tranquilidad que buscamos.
Por otra parte, vivimos en un mundo laico pero con una presencia religiosa muy presente que sin duda hace que nos preguntemos qué pasa con quiénes se suicidan, a dónde van, estarán perdidos por toda la eternidad, vagando sin encontrar la paz o la encontrarán y se reunirán con sus seres queridos. Se nos olvida que somos amor, y que cada ser, cada alma, elige cómo vivir y también cómo morir. Somos responsables de nosotros, y es cierto, que los actos y decisiones de los demás, en algunos casos marcan más que en otras. Pero no debemos sentirnos responsables de lo que hagan los demás.
Las preocupaciones o los temas de interés que tienen los seres que se han suicidado son iguales a los del resto de los muertos. Siguen su proceso evolutivo, cada uno a su ritmo, aprendiendo e integrando lo vivido para luego, hacer una valoración que les llevará a decidir si quieren permanecer junto a sus seres queridos apoyándoles durante un tiempo determinado o indefinido, elegir descansar, trabajar algún aspecto necesario para ellos o cambiar de plano.
Cuando me comunican que alguien ha muerto, suelo enviarles luz y amor, aunque a veces no suele ser necesario. El envío de luz y amor, de esta energía tan potente, nunca es perjudicial y siempre es un aporte extra de fuerza clarificadora, puesto que es amorosa. También se puede enviar a los que estamos en este plano, es decir, vivos.
Si alguien quiere enviar luz y amor, es muy fácil de hacer, simplemente actuamos y pensamos desde y con el corazón.
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