Los estados emocionales tienen una influencia poderosa y penetrante en el pensamiento y el comportamiento. ¿Cómo podemos utilizarlos para tener más recursos en el presente? Necesitamos algún medio para hacerlos accesibles en todo momento y estabilizarlos en el aquí y ahora. El anclaje
Imagínate el impacto que tendría tu vida si puedes ponerte a voluntad en aquellos estados de máximo provecho.
El anclaje es una herramienta poderosa que puedes utilizar para acceder y transferir recursos a situaciones y contextos en los que te sean necesarios. En PNL, el término anclaje se refiere al proceso consistente en asociar una respuesta del comportamiento a algún activador mental o físico, de modo que resulte posible volver a acceder rápidamente a la respuesta deseada. El anclaje es un proceso aparentemente parecido a la técnica de condicionamiento utilizada por Pavlov para crear un vínculo entre el sonido de un timbre y la salivación en perros. Asociando el sonido del timbre con el momento de darles comida a sus perros, Pavlov descubrió que los perros acababan por salivar al oír el timbre, aunque no hubiese comida de por medio. Sin embargo, en la fórmula de condicionamiento de estímulo y respuesta del conductista, el estímulo es siempre un indicador ambiental, y la respuesta es en todos los casos un comportamiento específico.
En PNL, esta clase de condicionamiento asociativo se ha ampliado hasta abarcar los vínculos entre aspectos de la experiencia distintos a indicadores puramente ambientales y respuestas de comportamiento. Por ejemplo, el recuerdo de una imagen puede muy bien ser un ancla para determinado sentimiento. Tocarse una pierna puede serlo para una fantasía visual, o incluso para una creencia. Determinado tono de voz puede convertirse en un ancla para un estado de excitación o de confianza. Cada persona puede decidir conscientemente si desea establecer y activar esta clase de asociaciones. De este modo, en lugar de ser un simple reflejo inconsciente como el del golpecito en la rodilla, el ancla se convierte en una herramienta del poder de uno mismo. El anclaje puede ser una herramienta muy útil para ayudar a establecer y reactivar los procesos mentales asociados con la creatividad, el aprendizaje, la concentración y otros recursos importantes.
Cómo anclar tus recursos internos
Puedes hacerlo mediante los pasos siguientes:
1. Identifica un recurso interno que pueda ayudarte a mejorar tu rendimiento (p. ej., determinación, motivación, seguridad, calma, etc ..)
2. Evoca alguna ocasión en que hayas experimentado fuertemente el recurso.
3. Busca algo que puedas utilizar como ancla o activador de ese recurso (un objeto, una imagen mental, una palabra clave, un gesto corporal..)
4. Vuelve a situarte en la experiencia de ese recurso. Ve lo que viste, escucha lo que escuchaste y siente lo que sentiste, tan vívidamente como puedas. Cuando te encuentres en la máxima intensidad de la sensación y desplazando brevemente tu atención al elemento activador o ancla que has elegido, conecta con él el recuerdo de la experiencia.
5. Despeja tu mente unos instantes. Haz cualquier cosa para distraer te.
6. Ahora presta atención de nuevo a tu ancla. Deberías recuperar inmediato el recurso que le has asociado. En caso contrario, repite el paso 4 tantas veces como sea necesario.
En tu interior tienes los recursos necesarios para tu crecimiento personal. Solamente tienes que ser consciente de cómo utilizarlos y el anclaje es una excelente herramienta que te ayudará en ese camino.
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