Reconocer los papeles que, en ocasiones, interpretamos nos ayuda a tomar conciencia de nuestros deseos y a ser más auténticos.
Los seres humanos nos ocultamos tras múltiples máscaras. Son estrategias que descubrimos de forma temprana para sobrevivir, ser aceptados, protegernos o sentirnos amados y reconocidos. A través de ellas intentamos satisfacer nuestras necesidades. Pero al ser una farsa, lo que se nos devuelve: algún piropo, reconocimiento, alabanza,…. no nos llega porque sabemos en nuestro interior que en realidad lo que alaban es una máscara. Sólo podemos nutrirnos realmente de las relaciones, desde lo auténtico y genuino.
Atreverse a ser uno mismo
Si observamos nuestras máscaras, nos daremos cuenta de que suelen ser diferentes en función del ámbito en el que nos encontremos: trabajo, pareja, familia o amigos.
Interiormente, es bueno reconocerlas. Con el tiempo se hacen rígidas, nos confundimos con ellas y se convierten en un lastre que nos limita. Ya que estas máscaras se crean especialmente para los demás: ¿Qué necesita el otro? ¿Cómo puedo ganarme su atención o aceptación?…., las preguntas vitales quedan relegadas al olvido: ¿Qué es lo que YO quiero? ¿Quién soy YO? ¿Qué necesito YO ahora?,…
Por eso es bueno preguntarnos cómo satisfacer esas necesidades sin este desgaste emocional, arriesgándonos a mostrar los aspectos genuinos de nuestra personalidad.
Recuerda: Eres único en el mundo, no hay otro como tú.
M. Angeles Molina