Unirse con una persona que apenas se conoce:
Las relaciones satisfactorias requieren mucho más que la atracción sexual. La capacidad de llevar una vida gratificante y creativa con otra persona requiere compatibilidad en muchos ámbitos. Toda pareja se compone de tres elementos: tú, yo, nosotros. Dos personas y tres partes, todas ellas importantes y con vida propia. El amor sólo puede florecer cuando existe el suficiente espacio para las tres partes y ninguna de ellas domina a las demás. Los sentimientos de amor que nacen durante el cortejo durarán si la pareja comprende que su amor necesita ser alimentado a diario.
No saber decidir:
No hay nada más vital en el desarrollo y conservación de una relación que el proceso de toma de decisiones. Ha de aplicarse realismo y recurrir al talento de ambos. Evitar las amenazas, las lecciones, las distracciones, la indife
de reconocer que las dificultades vitales derivan de nuestra actitud. ¡Y creer que se pueden cambiar!
Confundir el noviazgo con la convivencia
Es duro aceptar que no eres lo único y central de la vida del otro, como puedes haber interpretado antes. Cuando surja el: “no sabía que estuvieras tan ligado a tu madre” o “no pensaba que te gustara tanto el mus”, conviene sentarse a hablar
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