TE RETO A DUELO
Será un duelo hasta la muerte, como aquellos que se sucedían en el lejano oeste, con sombrero y botas vaqueras, armas bien cargadas, un poco de barba y polvo en mi cara, tu siempre tan arreglada y perfectamente maquillada, viéndonos de frente y el mundo por testigo.
Avanzaré nervioso al centro de la pista esperando la cuenta final, el punto de no retorno, el punto donde estaremos dispuestos a encontrar y entregar la vida, el uno por el otro; al final ya no cabemos solos los dos en este mundo.
Será a medio día (sé que no te gusta nadita madrugar), además está muy trillado eso de “te espero al alba”, y por supuesto después de un rico café charlando de lo que haremos ese día y cada día.
Te veré bajar de tu carruaje, radiante, con la misma seguridad que has tenido siempre y que mucho me has contagiado, vestida de blanco, echando tiros por doquier.
Avanzando, las espuelas sonarán como campanas que tañen y anuncian el encuentro, mis rodillas y tus manos temblorosas pondrán el ritmo necesario para medir paso a paso la distancia que de a poco hemos ido cerrando en nuestro breve pero certero camino.
Te reto a duelo, insisto, un duelo que dure una eternidad, la nuestra; un duelo donde no descansaré nunca para hacerte feliz; un duelo en donde mi amor, mi cariño, mi escucha y mis hombros serán mis únicas armas (bueno mis “ruiditos” y mi pistolita de burbujas de jabón también); un duelo que te provoque siempre el dolor más grande de barriga, ese que provocan solamente las carcajadas, un duelo del que espero nunca salir pero en el que estaremos juntos, grandes y fortalecidos.
Te reto a duelo, el de una vida juntos.
Desenfundaré mi pistola de burbujas de jabón, tú vaciarás sobre mí tu metralleta de agua, lanzaremos las almohadas como bombas y jugaremos como siempre, como niños, disfrutando y sonriéndole juntos a la vida, sembrando y cultivando nuestro para siempre, buscando que nuestro para siempre dure toda una vida.
¿Aceptas?
Gerardo González Guzmán