Las personas amargadas y de trato difícil son también parte de esta vida maravillosa, y posiblemente estén aquí para que aprendamos a practicar la aceptación y la tolerancia, lo que es parte del aprendizaje necesario para seguir adelante en constante superación, crecimiento y desarrollo.
El poder de cada persona radica, en su habilidad de trabajar consigo mismo, conociéndose y aprendiendo. Se ha de ser conscientes de que no se puede aislar ni controlar la personalidad, el carácter ni el comportamiento de los demás, y tampoco se ha de olvidar que existen patrones de conducta antisociales y relaciones tan difíciles que lo mejor es separarse de ellas.
10 rasgos de personalidad difíciles y algunas formas de como tratarlos.
Posesivos, quieren que los demás estén siempre disponibles para ellos, se alteran cuando no se le dedica el tiempo que ellos creen que se merece. No conviene desgastarse por agradarle, y si usar el sentido del humor para tratar esa posesividad, así como demostrarles el aprecio que se les tiene, si lo hay.
Los sinceros, personas que usan la palabra sinceridad para decir todo lo que les molesta, hiriendo con sus comentarios, cuando alguien o algo no les parece bien, no son asertivos para decir las cosas. Se ha de usar la asertividad con ellos, para explicarles el como se dice, y sonreír por los comentarios que hacen.
Las victimas, personas a las que todo les deprime, les agota y les entristece, utilizan el chantaje emocional para conseguir sus objetivos, hablan permanentemente de sus desgracias, llegando a sentirse, como que todos los demás están en su contra. Se ha de evitar estarles preguntando, con frecuencia, que les sucede, no se ha de participar de sus conversaciones negativas y si escucharlos sin engancharse.
Los indiferentes, personas a las que les vale todo lo que sucede a su alrededor, no expresan sus sentimientos porque sienten miedo a ser rechazados, son poco sociables. Entre sus cortos diálogos se ha de buscar algo en lo que se está de acuerdo, se ha de tratar de involucrarlos en la conversación, también se les ha de demostrar afecto para que cojan seguridad.
Los críticos, personas que dan su punto de vista, frecuentemente negativo, estando convencidos de que todo lo saben. A estas personas se les ha de escuchar sin involucrarse en lo que dicen.
Los comunicadores, personas que hablan de todo y de todos, lo van diciendo todo sin poder guardar secreto alguno, se ha de evitar hablar de temas personales, con este tipo de personas. Se les ha de escuchar y tratar de cambiar de tema.
Los caprichosos, personas raras que suelen hacer comentarios fuera de lugar y de orden. No nos hemos de involucrar en temas complicados con estos individuos, sobrellevándoles sin contradecirlos y sin juzgarlos, pero si, en algún momento decir como uno ve lo que le cuentan, aunque respetando su forma de entender lo que comentan.
El obsesivo, persona que está en búsqueda permanente de su perfección, queriendo que las cosas se hagan como ellos dicen. Se les ha de demostrar que existen otros caminos para hacer las cosas, usando el sentido del humor y diciéndole que se admira lo que hacen.
El agresivo, personas de carácter fuerte y de humor explosivo, quieren que todo se haga tal y como ellas dicen, no demuestran fácilmente sus sentimientos de la imagen que poseen. Se les ha de escuchar y decirles que se está de acuerdo con ellas y que se entiende como se encuentra, aunque no se está de acuerdo en la forma como se expresan.
Los crueles, personas que demuestran agresividad y falta de cortesía, les gusta pelear y discutir con quien se encuentran, estando permanentemente con prisas y creyéndose con todos los derechos sobre los demás. A estas personas conviene ignorarlas.
Si se actúa en un estado de apertura mental total, fuera de todo coraje, miedos o prejuicios se dispondrá de toda la capacidad para comenzar a mover las adversidades que se presenten.
Entrando en una profunda aceptación se podrá interactuar con la gente difícil, sin crear ninguna resistencia, sin someterse a ellos.
Cuando queremos aceptar a las personas hemos de comenzar por modificar nuestros propios pensamientos y sentimientos, o sea, nuestro mundo interno y externo, actuando con buena intención, respeto y asertividad, evitando la manipulación y la sumisión.
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Las personas son como la Luna. Siempre tienen un lado oscuro que no enseñan a nadie.
Mark Twain.
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El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables.
Pearl S. Buck.
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Algunas personas nunca aprenden nada, porque todo lo comprenden demasiado pronto.
Alexander Pope.
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