Neptuno es hijo de Cronos y de Rea, hermano de Zeus, Plutón, Hestia, Démeter y Júpiter, vive en un maravilloso palacio en el fondo del mar cerca de la costa, cuando Neptuno sale de allí, lo hace montado en un lujoso carro tirado por delfines. Su paso es anunciado por los Tritones, los cuales hacen sonar una concha que se escucha por doquier. Con su tridente tiene el poder sobre los peces, los monstruos marinos, los maremotos y las tormentas en el mar. Su corte la forman Tritones, Nereidas, Náyades, etc. En su juventud, había tramado junto a Atenea y Juno una conspiración contra Júpiter. Este le arrojó del Olimpo y le relegó a la condición de simple mortal durante un año. En la tierra ayudó a Lamedón a levantar los muros de Troya, participando en la construcción de fuertes diques que contuvieran la furia de las olas. Reconciliado con su hermano, Neptuno gobernó con esmero el reino que se le había confiado: los mares y los océanos. Quiso casarse con Anfítrite, ninfa muy bella hija de Nereo y de la ninfa Doris. El padre aceptó la propuesta de Neptuno, pero su hija lo vio repugnante por su aspecto: formas carnosas, barba viscosa, desordenada melena, etc. Sólo la habilidad y la elocuencia de uno de sus delfines pudo convencer a la ninfa y, al fin, el matrimonio se realizó. De su esposa legítima no tuvo hijos, pero sí de otras mujeres, tanto diosas como mortales. No dudó en unirse a la horrible Medusa, teniendo con ella unos hijos monstruosos. Platón nos dice que Neptuno tenía en la Atlántida un templo en el que había una representación suya, en la cual estaba en un carro tirado por caballos marinos y rodeado de cien Nereidas montadas en delfines. Se le identifica con el dios griego Poseidón. Representa la cólera, su atributo es el tridente y se identifica con el mar.