Lo que ves, tocas, escuchas, hueles, lo que saboreas. Todo alimenta tu alma. Todo deja un recuerdo, deja una marca, una impresión, una impronta.
¿Cómo alimentas tu alma?
Las experiencias vividas a través de tus sentidos crean pensamientos que provocan sentimientos.
Ya sabes que tús creencias se han ido formando desde tú más tierna infancia. También lo que entra en ti a través de los sentidos te invita a procesar la información y formar creencias.
¿Estás pendiente de ti y de lo que dejas entrar en tu vida?
Una canción, una palabra, un libro, una mirada, una película, un aroma… ¿qué sentimientos provocan en ti?
¿Comes más de lo que necesitas? ¿Miras demasiada tele basura? ¿Ves películas de terror? ¿Eres adicta a las palabras negativas y no lo sabes? ¿Qué tipo de música te gusta?
Los sentidos alimentan la parte más inocente de ti, a tu niña interior. Le dan la mano a tú subconsciente y éste la acepta.
A partir de aquí o te enriqueces o te envenenas, una u otra cosa será el resultado de tus hábitos.
Estar alerta de tus sentidos es cuidarte más y mejor. Un cuerpo sano, una mente feliz y una fuerte conexión espiritual son indispensables para lograr equilibrio y armonía globales.
Si ves una película de terror antes de dormir, muy posiblemente tengas pesadillas y no descanses adecuadamente.
Si comes sin escuchar lo que realmente necesita tu cuerpo, muy posiblemente llegarás al sobrepeso. Etc.
Ofrecerte lo mejor es un acto de amor hacia ti misma. Agradece por todos tus sentidos, hazte amiga de ellos, permanece alerta, al acecho de que todo lo que entre por ellos sea un buen alimento para ti.
Mercedes Mata
"La Coach de la Maestra"
www.lacoachdelamaestra.com