A quien no le ha llamado la atención el carro nuevo del vecino, o la nueva novia o el nuevo y mejor empleo que consiguió de un amigo. Ver que aquella amiga a la que le decíamos “gorda” (o por lo menos pensábamos que lo era), ya no merece ese calificativo debido a los 10 o 20 kilos que bajó, mientras luchamos por bajar 3 kilos y no subir 6 luego de cansarnos con una dieta.
O cuando vemos estacionar un automóvil del año frente al sitio de trabajo, y de este desciende aquel compañero del que antes nos burlábamos porque nada le salía bien y se la pasaba rogando para que no lo despidieran.
De repente alguien dirá: “Bueno, pues como hizo. debe andar haciendo cosas raras”, o algo parecido. Pregúntate cuantas veces hemos visto que alguien tiene algún triunfo o algún logro y nos hemos dedicado a esclarecer que clase de truco o artimaña utilizó para conseguirlo.
Hay un dicho que describe perfectamente lo que te quiero decir: “La gente se muere mas de envidia que de cáncer”. La envidia es la tristeza por no tener, hacer o vivir lo que otra persona si lo esta haciendo en el presente. Cuando sientes envidia, sientes tristeza y la tristeza es la falta de alegría, de felicidad. Y sientes aun mas tristeza cuando la manifiestas con tus palabras, subestimando los logros de otras personas. Para ser felices, debemos ser conscientes de las cosas que no nos hacen ser felices, y precisamente la envidia es una de esas cosas.
Si quieres ser feliz evita sentir envidia, porque la envidia es tristeza. Es dificil sentirnos bien cuando lo que vemos provoca una reacción totalmente opuesta. Si ves que a alguien le esta yendo mucho mejor que a ti, y mas aún que conoces a esa persona hace tiempo y llegaste a pensar en algún momento que no podría conseguir lo que tiene ahora; en lugar de envidia, debes sentir alegría y gozo.
Debes sentirte feliz por que dicha persona lo ha logrado, no para congraciarte con esa persona (aunque es una buena razón), sino para que en tu mente tengas la sensación de que lo que le esta pasando a esa persona te esta pasando a ti.
Por ejemplo: Si alguien que conoces va a hacer ese viaje que tu has soñado desde siempre, debes felicitarlo y alegrarte como si el que viajara fueras tú. Lo haces primero para evitar sentir envidia (recuerda que la envida es tristeza, y la tristeza es lo opuesto a la felicidad), y segundo para sentir que ese viaje o ese bien que posee la otra persona, sea posible también para ti.
Esto debes hacerlo con total sinceridad y humildad. No es decir: “Si tu puedes, yo también puedo” porque eso también sería expresar envidia y menosprecio. Mas bien decir: “Me alegra muchísimo que tengas o que hagas esto. Gracias por inspirarme a hacerlo yo también”.
Notas la diferencia entre estas actitudes. La primera denota envidia. La segunda denota alegría, gratitud e inspiración.
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