Si el zapato te sirve, póntelo;
si te hace daño,
puedes tirarlo...
Todos hemos oído alguna vez la expresión "calzarse los zapatos de otro",
que es como ponerse en su piel.
Es una forma de decir que podemos entender los sentimientos de otras personas y ver las cosas desde su perspectiva.
Sin embargo,
la expresión siempre me ha parecido curiosa,
porque es muy poco probable que los zapatos de otro nos sirvan;
es como si nos pusiéramos sus gafas,
no veríamos nada.
El caso es que no podemos andar con zapatos ajenos
sin hacernos heridas en los pies.
Cada experiencia de la vida es única,
porque está configurada por las especificaciones de cada alma.
Por ello es que debemos comprender a los demás
permitiéndoles hacer su camino mientras les ofrecemos apoyo y espacio.
Así podemos acompañarlos llevando nuestros "propios zapatos".
¿Has intentado andar con los zapatos de otro?
¿Te quedaban bien,
eran demasiado pequeños,
o demasiado grandes para ti?
¿Crees que hay momentos en los que no podrías ponerte en la piel de otro, porque sus actos sólo son comprensibles para su alma?
En esos casos,
deja que ande por su camino y continúa queriéndolo y apoyándolo,
aunque no entiendas a dónde va.
...no critiques,
acepta su realidad,
es parte de su aprendizaje,
respeta!