La primera intención del alma al encarnarse es jugar. El niño sufre cuando está en un ambiente donde no se le permite jugar. Muchos niños se criaron teniendo que pedírselo todo a sus padres: no podían tomar ninguna decisión por su cuenta. Otros fueron educados bajo el peso de la perfección: no se les permitía cometer errores. En otras palabras, no se les dejó aprender, de modo que ahora tienen miedo de tomar decisiones. Todas esas experiencias contribuyen a transformar ai niño en un adulto perturbado.
Creo que nuestro actual sistema escolar no ayuda a los niños a ser individuos magníficos. Es demasiado competitivo y sin embargo también espera una actitud conformista en los niños. Además, creo que el sistema de exámenes contribuye a que los niños crezcan con la sensación de no valer lo suficiente. La infancia no es fácil. Hay demasiadas cosas que sofocan el espíritu creativo y aumentan la sensación de falta de valía personal.
Si tuviste una infancia muy difícil, entonces es posible que ahora todavía rechaces a tu niño o niña interior. Es posible que ni siquiera sepas que dentro de ti habita ese niño desgraciado que fuiste una vez, y al que todavía castigas. Ese niño necesita sanar, necesita el amor que le negaron, y tú eres la única persona que puede dárselo.
Un buen ejercicio para todos nosotros es hablar con nuestro niño interior con regularidad. A mí me gusta llevar a mi niña interior conmigo a todas partes una vez por semana. Cuando despierto le digo: «Hola, Lulubelle. Hoy es nuestro día. Acompáñame, nos vamos a divertir muchísimo». Después, todo lo que hago ese día lo hago con Lulubelle. Le hablo, en voz alta o en silencio, y le explico todo lo que estamos haciendo. Le digo lo hermosa e inteligente que es, y cuánto la amo. Le digo todo lo que yo deseaba oír cuando era pequeña. Al terminar el día me siento fabulosa¬mente bien, y sé que mi niña interior es feliz.
Podrías buscar una foto tuya cuando eras pequeño/a. Ponía en un lugar destacado, y tal vez desees colocar unas flores cerca. Siempre que pases por delante de la foto dile: «Te quiero; estoy aquí para cuidar de ti». Tú puedes sa¬nar a tu niño interior. Cuando ese niño es feliz, también lo eres tú.
También puedes escribir con tu niño o niña interior. Torna una hoja de papel y dos bolígrafos de diferente color. Con la mano dominante, la que usas siempre, escribe una pregunta. Entonces, con el otro bolígrafo y la mano no dominante, que tu niño o niña interior escriba la respuesta. Esta es una extraordinaria manera de conectar con nuestro niño interior. Vas a obtener respuestas que te sorprenderán.
Un libro de John Pollard III, titulado Self-Parenting [Sé tus propios padres le ofrece muchísimos ejercicios para establecer contacto con nuestro niño interior y hablar con él. Cuando estés a punto para sanar, encontrarás la manera.
Cada mensaje negativo que recibiste en tu niñez puede convenirse en una afirmación positiva. Que tu diálogo interno sea una corriente continua de afirmaciones positivas para desarrollar tu autoestima. Así plantarás las nuevas semillas que, si las riegas bien, brotarán y crecerán.
Afirmaciones para desarrollar la autoestima
Soy un ser amado y deseado.- Me amo. Soy inteligente.- Soy una persona creativa y tengo talento.- Mi salud siempre es buena.- Tengo muchísimos amigos.- Merezco que me amen.- Gusto a los demás. - Sé hacer dinero. - Me merezco ahorrar dinero. - Soy una persona buena y cariñosa. - Soy una persona fabulosa.- Sé cuidar de mí.- Me gusta mí aspecto. - Me siento feliz con mi cuerpo.- Soy una persona valiosa. - Me merezco lo mejor.- Perdono a todos los que me han hecho daño. - Me perdono. - Me acepto tal como soy. - Todo está bien en mi mundo. Soy un ser perfecto exactamente tal como soy - No soy demasiado ni demasiado poco. No tengo necesidad de demostrar quien soy a nadie ni a nada. Sé que soy la expresión perfecta de la Unidad de la Vida. En la Infinitud de la Vida, he tenido muchas identidades, cada una de ellas una expresión perfecta para esa determinada vida. Me siento feliz de ser quien soy y lo que soy esta vez. Soy un ser perfecto tal como soy, aquí y ahora. Soy suficiente. Formo una unidad con toda la Vida. No hay necesidad de esforzarse por ser mejor. Hoy me amo más que ayer y me trato como a una persona profundamente amada- Me mimo y me cuido. Resplandezco de alegría y belleza. El amor es el¡ sustento que me lleva hacia la grandeza. Cuanto más me amo, más amo a los demás. Juntos nutrimos amorosamente un mundo cada vez más hermoso. Con alegría reconozco mi perfección y la perfección de la Vida. ¡Y así es!
Louise Hay