Las personas que roban tiempo no llevan pistola ni suelen tener malas intenciones. Sólo quieren algo de atención, pero a veces no podemos dársela porque tenemos otros planes y tareas esperando que no van a hacerse solitas.
El problema es cómo salir airoso de la situación sin ser maleducado.
Imagina que tienes un tiempo limitado para hacer las compras de la mañana y el tendero, antes de darte el cambio en la caja, se entretiene en contarte varios de sus problemas domésticos con la suegra.
O, quizás, que cuando sales de la tienda te encuentras a una amiga dispuesta a ponerte al día sobre su vida y milagros en la última década.
Mientras, tú, que tienes la casa revuelta y una pila de tareas pendientes, te comes las uñas figurada o literalmente sin poder escabullirte.
¡Que pare el sufrimiento! Intentaremos aprender algunas técnicas apropiadas para resolver estas situaciones sociales comprometidas.
El encuentro cara a cara
Es el caso de los ejemplos que hemos puesto en la introducción.
Nuestra amiga, el tendero, la vecina… o quien sea nos intercepta, empieza su monólogo y no tenemos ni idea de cuándo terminará.
Hay dos formas de salir airoso de una situación así: la educada y diplomática o bien “a la brava”, sin importarte mucho cómo quedes tú o cómo se lo tome la otra persona.
La manera educada, técnicamente, sigue tres pasos:
Interrumpir con voz firme el discurso de nuestro interlocutor. La palabra inicial puede ser: “Sí”, “Vale”, “Espera”…
Decir algo positivo sobre el encuentro: “Me alegro de haberte visto.”, “Qué gracia tienes contando las cosas…”
Dar una excusa contundente y efectiva: “Tengo que ir al médico.” “Me he dejado el horno puesto.” “Llego tarde al aeropuerto.”
Nota: No digas: “Tengo mucho que hacer”, porque tu interlocutor contestará: “Yo también” y seguirá hablando. Esto lo he comprobado docenas de veces.
La manera ruda carece de técnica. Sólo hay que echarle caradura.
Puedes largarte, sin más. “Vale, vale. Hasta luego.” O bien añadir una coletilla que haga que esa persona no tenga más ganas de contarte su vida
Interrupciones telefónicas
Se pueden emplear las mismas técnicas que en el encuentro cara a cara, añadiendo aquello de: “Ya te llamaré.” (O fijando día y hora para llamar de verdad.)
Respondiendo el e-mail
Más fácil todavía. Si el e-mail es más largo que un día sin pan y clama por tu respuesta, responde en 3 ó 4 líneas. Ya escribirás en condiciones más adelante.
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Aclaraciones:
Si los ladrones de tiempo son amigos, éstos entenderán perfectamente que no les atiendas en ese momento. Te darán tu espacio y no se molestarán. ¿Por qué?
Porque tú mismo irás un día a interrumpirles cuando estén muy ocupados. Los papeles se invertirán y no harás un drama si no te atienden (o no deberías).
Si los ladrones son sólo conocidos, quién sabe cómo se lo tomarán. Te puedes esperar cualquier cosa, pero no temas. Sólo para la situación y vete a hacer lo tuyo sin darle vueltas.
Ten presente que quien no respeta el tiempo de los demás es porque no sabe respetar el suyo propio.
Fuentes: How to Stop Time-Suckers | How To Avoid People Who Steal Time