Obsesionarse con un objetivo

Hay quien se lamenta de que la pereza sea el mayor obstáculo entre sí mismo y su objetivo. No es el caso de aquél que se apasiona febrilmente con la idea de lograrlo a toda costa.

Cuando se está obsesionado por conseguir un objetivo no hay que preocuparse por la motivación, que se encuentra totalmente orientada a la consecución del fin.

Ése es el aspecto positivo de la obsesión: La pasión por conseguir algo te lleva en volandas. Cada esfuerzo se da por bien empleado y la energía parece multiplicarse.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.

No pararé hasta conseguirlo

Obsesionarse con la vista puesta en un objetivo tiene ventajas. Desgranemos algunas de ellas (*):

Se tiende a terminar eso que se ha empezado, con el espaldarazo que supone para la autoestima.
La práctica constante no se hace pesada.
La pereza desaparece.
Se aprende más deprisa.
Aumenta la resistencia al estrés, al menos provisionalmente.
Se inicia un proyecto de la mejor de las maneras: echándole todas las ganas.
El entusiasmo se contagia a quienes te rodean (y necesitan motivación).
Lo anterior no quiere decir que la obsesión sea buena, sino que puede ser positiva cuando se dirige hacia un objetivo concreto, bien definido y constructivo.

Eso sí, también habremos de enfrentar lo negativo de que la atención y los esfuerzos estén únicamente centrados en un propósito.

Hay quien dice que apasionarse u obsesionarse con un objetivo nos coloca en el camino hacia el éxito. Pero, ¿a qué precio?

Uno de los mayores inconvenientes es que se pierdan de vista importantes aspectos de la vida, tales como la propia salud y las relaciones personales.

¿Qué objetivo vital puede ser más importante que sentirse lo mejor posible y cultivar relaciones sanas y fuertes?

Otro inconveniente a tener en cuenta es la ceguera provisional; ésa que puede hacernos perder el tren de otros objetivos u oportunidades.

Se consiga o no el preciado objetivo-obsesivo, éste puede tener un coste bastante elevado, del que quizás sólo seamos conscientes al mirar atrás para ver lo que se ha quedado en el camino.

Pero, una vez más, tú decides si te compensa o no.


(*) La mayoría de las ventajas, tomadas de One With Now.