¿Qué nos impide estar contentos con lo que somos o con lo que tenemos ahora?
Claro, podemos aspirar a sentirnos mejor, a vivir mejor, a llegar lejos. Y esas ganas de luchar hacen que cada día tenga sentido levantarse de la cama.
Pero, ¿por qué partir necesariamente del descontento y la carencia?
Desventajas de estar totalmente satisfecho
Estar plenamente contento con uno mismo y con la propia vida parece un estado ideal, pero no lo es. Porque, como hemos apuntado arriba, ¿dónde quedaría entonces la motivación para seguir adelante?
La satisfacción absoluta nos dejaría estancados en un estado de apatía y conformismo, que nos afectaría a nosotros, pero también a todo lo que nos rodea.
Lamentablemente, no sólo seríamos inmunes a los llantos de medio mundo muriendo de hambre o entre guerras, sino también a nuestra realidad más cercana, habiendo tanto por hacer…
Descartamos la satisfacción total, porque estamos vivos, nos queda camino por delante, y bastante que aportar y recibir del mundo.
Sin embargo, eso no justifica que nos vayamos al extremo opuesto.
¿Qué hay de la continua insatisfacción?
Este extremo tampoco es recomendable, al impedirnos ver aquello que hay de bueno en nuestra vida y aprovecharlo como se merece. Veamos ejemplos:
Vives infeliz porque a tu cuerpo le sobran unos kilos, tan infeliz que no te das cuenta de que tienes los ojos más bonitos y expresivos de la provincia.
Te amargas porque eres tímido con las chicas, tanto que le quitas importancia a la honestidad con la que te desenvuelves en tus relaciones. (Esa cualidad no la regalan en la frutería.)
Sueñas con ser famoso y millonario, cuando tienes dinero en el bolsillo para tomarte algo en una terraza en buena compañía. ¿Necesitas algo más en este momento?
Sólo piensas en estar con esa persona fascinante que te ha embelesado y a quien apenas conoces. ¿Y tú qué sabes si colmará o no tus expectativas cuando la conozcas?
Son sólo unos cuantos ejemplos para justificar la idea de que tampoco merece la pena centrarse únicamente en lo que no se tiene, por muy motivado que se esté.
El peligro está en el “total”
Los extremos son peligrosos, ya estemos en uno o en otro. Despeñarse por el barranco de la apatía o de la amargura tiene poco atractivo.
¿Cuál es la propuesta?
¡El equilibrio, como ya habrás imaginado!
Haz inventario de todo lo bueno que hay en tu vida (por poco que haya) y sácale el mayor partido posible: tus cualidades positivas, tus relaciones, tu trabajo… ¡todo!
Saca del archivo tus éxitos personales, grandes o minúsculos, y tenlos a la vista. Es para estar contento, ¿o no?
Después de eso, mira si hay errores que corregir, tareas por terminar, detalles que pulir u objetivos enormes en perspectiva.
Efectivamente, queda camino por recorrer y deseos por los que trabajar, pero ya no partes de la insatisfacción ni de la carencia.
Te dispones a añadir algo nuevo a esa vida que has construido y que, a día de hoy, tiene mucho valor.
http://tusbuenosmomentos.com/2011/08/contento-con-tu-vida/