Cuando las afirmaciones positivas son destructivas

Hoy presentamos un recurso de doble filo: las afirmaciones positivas sobre uno mismo. Dependiendo del caso pueden ser beneficiosas o muy destructivas.

En 2009 salió a la luz un estudio del que se hicieron eco bastantes publicaciones. Demostraba que las afirmaciones positivas del estilo: “Soy una persona valiosa” (“I’m a lovable person“, para ser exactos) ayudaban a personas con una autoestima sana, pero dañaban a las personas con muy baja autoestima.

En realidad, si lo pensamos, tiene sentido. La mayoría de nosotros leemos y/o escuchamos con más atención aquello con lo que estamos de acuerdo. Además, solemos aferrarnos con más convicción a lo que creemos cuando nos encontramos de frente con una idea contraria. Por lo que decir algo maravilloso de sí mismo cuando se piensa todo lo contrario estaría más bien reforzando la creencia de que uno vale muy poco.

A las personas con una autoestima muy baja les perjudica afirmarse a sí mismos lo contrario de lo que piensan. Sin embargo, tampoco les hace bien reafirmarse en lo que creen. “Soy un desastre.” “No valgo para nada.”

A mi modo de ver, lo más efectivo en estos casos es un trabajo a largo plazo que se centre en “hacer cosas”; en ir cumpliendo pequeños objetivos en cada una de las parcelas de la vida: relaciones, intereses, aficiones… Hasta que un buen día, teniendo las pruebas en la mano, la persona tenga que admitir que tiene tanto valor como cualquier otra. Entonces sí le servirán las afirmaciones positivas. (“Estoy hecho un campeón.”) Un proceso largo, sí, pero vale la pena.

http://tusbuenosmomentos.com/2011/02/cuando-las-afirmaciones-positivas-son-destructivas/