El secreto de la felicidad es que tus intereses sean lo más amplios posibles y que tus reacciones hacia cosas y personas interesantes sean amistosas en vez de ser hostiles.
El hombre feliz es el que se siente ciudadano del universo y goza libremente del espectáculo que le ofrece y de las alegrías que le brinda.
San Agustín decía: "Te busqué entre las criaturas, en los placeres del mundo, en el poder y en el tener, y no te hallé... te busqué dentro de mí y te encontré".
La llegaremos realmente a poseer el día en que comprendamos que la felicidad no es exógena a nosotros. Ni depende de la suerte, ni es mágica, sino que es más fácil encontrarla de lo que nos imaginamos:
- La felicidad es la capacidad de disfrutar todo lo que la vida me depara.
- La felicidad es una decisión: proponerme ser feliz con todo lo que tengo.
- La felicidad es disfrutar los pequeños momentos y los detalles simples de la vida.
- La felicidad implica aceptarme tal como soy, con mis defectos y limitaciones.
- La felicidad es disfrutar al máximo a mi familia.
- La felicidad es una sonrisa, un beso, una flor y una caricia tierna.
- La felicidad es amar y ser amado.
- La felicidad es darlo todo, sin esperar nada a cambio.
- La felicidad implica ser agradecido con la vida.
- La felicidad es más dar que recibir.
- La felicidad es gastarse y desgastarse por amor.