Durante siglos el arte ha sido reservado a los “artistas”, el baile a los “bailarines” y la terapia a los “enfermos”, siguiendo preceptos condicionantes y limitantes. La época en que vivimos nos trae otros horizontes y se basa en nuevos paradigmas: todos podemos sentirnos artistas, bailarines o acceder a una terapia porque todos/todas tenemos un potencial por descubrir y desarrollar.
Precisamente la plástica, el movimiento y el trabajo personal nos favorecen este “parto” de nuestra vida interior.
La labor terapéutica y artística, pluridimensional - al igual que Sócrates cuando hacía de partero en su labor dialogante- es atender este nacimiento.
La mirada es de adentro hacia afuera, pudiendo alumbrar todas las zonas oscuras y luminosas escondidas en los confines de un@ mism@. A través de un gesto, un sonido, una forma, un trazado, un color, me expreso de forma espontánea y orgánica.
No sigo ningún mandato externo, no he de adaptarme a ninguna técnica específica, lo que importa soy yo, en la más pura expresión de mi ser… lo terapéutico es permitir que eso ocurra y la consiguiente mirada consciente que pongo sobre lo ocurrido.
Dejar de ver al cuerpo como una caja de piel, rellena de huesos, músculos, sangre y órganos destinados a funcionar y morir, para empezar a sentirlo como una entrañable usina generadora de vida, eso es, ¡generadora de vida! Al respeto, quiero incluir el testimonio de una persona pasando por una experiencia creativa y personal: “descubrí que el ostracismo al cual había condenado a mi cuerpo no era más que un rechazo a mi propia historia de las huellas que el dolor y la alegría frustrada habían dejado en él. Comprobé que no existe nada que no pueda ser reparado porque sentí que mi espacio interno se reorganizaba.”
De la carencia a la querencia
De la querencia a la creencia
De la creencia a la creación, liberadora.
¡Liberadora!
Verme, escucharme, quererme es definitivamente un pase para poder vivir plenamente y además para poder ver, escuchar y querer a los demás…
La Gestalt, como escuela de vida, orientada al desarrollo del potencial humano, combina terapia con plástica, movimiento y música poniendo las condiciones ambientales y psicológicas que favorecen la floración y el refuerzo de la creatividad. Tod@s podemos ser creativos pues la creatividad, el pensamiento divergente y la imaginación son facultades humanas. Muchas personas dicen que no hay lugar para la creatividad en su vida porque están demasiado ocupadas con sus problemas e inquietudes.
Dicen: “¿cómo voy a pensar en divertirme creando cuando estoy sufriendo por esto y aquello?” allí está la respuesta: precisamente dándote un respiro para estar en contacto con tu esencia, para respirar hondo y estar en calma mentalmente, cuidándote para que puedas afrontar lo que hay en tu vida con fuerza, energía y estabilidad emocional.
Se trata de invertir la mirada, apostar por ser agentes de cambio y dejar de sacrificar lo más bello que hay en nosotr@s. Crear un marco de “seguridad y libertad psicológica” en donde podemos desplegar nuestro espacio interno, conmovernos para movernos internamente, darle sentido a nuestra mirada y percepción de lo que nos rodea.
En definitiva aportar a nuestro currículo vital…
http://www.saberalternativo.es/spa/desarrollo_personal.asp?var1=&var2=Sentir%20para%20crear,%20crear%20para%20crecer&nar1=&nar2=866