Es algo que últimamente el 50%
de las ocasiones hago.
Es fascinante ver cómo tienes el control sobre la mayoría
de los momentos tensos, y cómo una palabra mal llevada puede desencadenar discusiones.
A veces, caemos en las trampas incluso
de los demás, y si somos conscientes
de este mando podemos parar, pensar y luego contestar, porque la mayoría
de las veces contestamos por impulso, sin pensar, y eso nos genera más
de un quebradero
de cabeza.
Es un muy buen pensamiento para el día
de hoy y el resto
de nuestros días.