A veces pasa que una persona es muy especial para ti pero no tú para ella… ¿Nunca les ha pasado que consideraban a alguien muy importante para ustedes y descubren (o saben) que la otra persona no les tiene la misma consideración?
Duele, ¿verdad?
Y cuando tienes algo y sientes que ese algo va desapareciendo… Se va reduciendo, sientes que vas perdiendo a la otra persona sin poder hacer nada. Sí, estoy pensando en algo concreto y, aunque me lo podría aplicar perfectamente a mí misma y hablar desde la experiencia, en este caso no estoy pensando en mí porque yo ya lo tengo asumido.
Pero cuando le das mucho valor a una persona, y haces todo pensando en sus reacciones, y controlas los horarios, entradas, salidas, gente con la que está, todo… Cuando todo en tu vida gira en torno a la otra, y ves que esa otra persona no te da lo que crees que te mereces, entonces duele. Y cuando llega algún tipo/a idiota a querer meterse por medio, a intentar ocupar el sitio que crees que te corresponde (aunque tenga el mismo derecho que tú) simplemente porque tú llevas ahí más tiempo, y porque el tipo/a sólo quiere divertirse mientras que tú te lo tomas en serio, también duele. Y cuando la otra persona ve que no estás bien y se marcha sin darte más importancia, sin entender lo que pasa por tu cabeza, sin ni siquiera intentar entenderlo, también duele.
¿Por qué? Porque te sientes la persona más insignificante del mundo, porque todo el cariño, la buena intención y las ilusiones que tenías las ofreciste y no has recibido absolutamente nada a cambio, y te sientes tonto/a, e incluso, en ocasiones, hasta humillado/a al ver que para la persona que tan importante es para ti, tú no eres más que uno/a más… Y eso con suerte. Y si recibes una palabra amable es simplemente porque sabe lo que hay y no quiere portarse mal contigo, por deuda o compromiso, diría, pero no por voluntad propia.
Y esa palabra amable la vemos como un signo perfecto que debe ser interpretado en todas sus dimensiones, en todos los aspectos, en el significante, en el significado, y demás… cuando no hay interpretación posible, cuando no hay nada de nada, pero simplemente lo hacemos para engañarnos porque no queremos ver la realidad. Buscamos justificaciones para seguir alimentando una ilusión que tenemos miedo que se acabe.
Pero sí es cierto que a veces la vida en estas cosas, y en otras, claro, pero en estas también, es bastante injusta. No es justo que alguien que se le quiere de la manera más bonita que existe (que es de manera desinteresada), y ya digo, no sólo en las parejas (o posibles parejas), sino en otro tipo de relaciones, no es justo que tenga que pasarlo mal hasta el punto de llorar.
Una vez escribí que no valía la pena aquello que nos hiciera derramar una sola lágrima… visto lo visto, ya no estoy tan segura de esa afirmación, y tal vez sí valga la pena. La Si bien es cierta esta sensación desagradable y esas lágrimas sí podrían llegar a ser bonitas porque con ellas te das cuenta de lo mucho que puedes llegar a querer y puedes descubrir sentimientos puros y verdaderos que ni siquiera sabías que existían. Y sí, en eso tiene razón, pero cuando eso se repite todos los días, entonces ya no es tan bonito. No, no es justo.
Nuestra felicidad no depende de otra persona sino de nosotros mismos. Amar no es depender... Amar es la entrega y el respeto del "yo" para formar un "nosotros" pero sólo cuando los "yo" son dos entes completos y felices pueden complementarse para ser feliz en uno sólo.
Ósea la felicidad es cuestión de uno mismo y no necesitas de nadie más para que la "felicidad" sea total y completa, creo que el ser feliz con alguien es sólo un complemento, una parte que comparte cosas contigo.
Además creo que uno no puede dar lo que no tiene y muchas veces intentamos encontrar en el amor de otra persona la "felicidad" sin pensar en que solos debemos de aprender a encontrar esos pequeños destellos de felicidad que nos da la vida.
http://www.tubreveespacio.com/reflexiones-01junio12/te-amo-pero-soy-feliz-sin-ti.htmun beso y una linda sonrisa