Cuando algo nos molesta, a menudo re-accionamos culpando al otro por lo que “nos hizo sentir”. Esta es una manera de no hacernos cargo de lo que sentimos. Nos ubicamos en el lugar de víctima queriendo “castigar” al victimario con nuestra re-acción. Contra-atacamos. Si en cambio, nos ubicáramos en el lugar de responsables de eso que sentimos tendremos la oportunidad de dejar atrás ese rol tan destructivo. El lugar de víctima es un sitio cómodo, nos mantiene cerrados y nos impide crecer.
Cuando no nos hacemos responsables de nuestras emociones no podemos cambiar las cosas. Si únicamente esperamos que los demás cambien, ó que depongan su actitud, tampoco podremos modificar nada. La pasividad es propia de quien se considera una víctima.
Entonces, cada vez que vayamos a “descargar” en otros, intentemos mover primero esa energía hacia afuera…lo que significa hacernos responsables.
Cada vez que sentimos una emoción negativa es una oportunidad para ir vaciando todo el estrés que tenemos…si, una gran oportunidad de poner en acción esa energía liberándola hacia afuera y no re-accionando automáticamente.
Lo que podremos ver luego de mover hacia fuera la energía “negativa” es que debajo hay paz…pero para poder experimentar esta calma posterior, primero tendremos que remover nosotros mismos de “nuestra casa” todo lo que no nos sirve, todo lo viejo…
Para “ser verdaderamente nuevo” tenemos que hacer lugar tirando a la basura todo lo viejo.
ALICIA ORFILA –
www.aliciaorfila.com.ar